MAUSOLEO DE CENTCELLES
Thanks:
A nuestro colaborador desde Valencia José Gil-Rodrigo, amante del Arte Altomedieval Español, que nos ha proporcionado la información y las fotografías que se utilizan es esta ficha.
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- Conocido desde antiguo, los primeros hallazgos arqueológicos tienen lugar en 1849, en 1877 se descubren los mosaicos de la cúpula, y en 1931 es declarado Monumento Histórico-Artístico.
- El Instituto Arqueológico Alemán, después de efectuar sus primeros estudios en 1956, adquirió la propiedad en 1959, para cederla al Estado español en 1978.
- En 1989 la Generalitat de Catalunya realiza trabajos de restauración y en 1999 se complementa la puesta en valor y se estructura como centro visitable abierto al público.
- En 2000 es declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, como parte del Conjunto Arqueológico de Tarraco.
Historic environment
Entre el pueblo de Constantí y el río Francolí, junto a la
antigua vía romana que unía Tarraco con Ilerda, se encuentra el
conjunto arqueológico de Centcelles.
El estudio de este conjunto (villa-mausoleo) de Centcelles
presenta las dificultades habituales de los complejos de la antigüedad: Larga
evolución, variedad de usos, reutilizaciones, controversias sobre su función y
significado… De Centcelles conocemos con bastante precisión su cronología pero,
las discusiones sobre los aspectos citados continúan hoy en día. Lo desconocido
nos atrae, y es seguramente el misterio que rodea muchos de los aspectos de la
Arqueología lo que la hace fascinante.
El conjunto de Centcelles es un ejemplar único debido
fundamentalmente a la cúpula de su estancia central, una cúpula intacta, caso
excepcional en la Península, y su decoración de pinturas, pero sobre todo, de
mosaicos de extraordinaria calidad. Sabemos que era una tumba, pero no sabemos
de quién. Veremos que hay varias teorías al respecto.
La historia de Centcelles, como decimos, es larga. Se sabe que
ya en los siglos I – II en el lugar hay edificaciones, posiblemente el edificio
central de un latifundio de los alrededores de Tarraco, (de la que dista
7 km), edificios dedicados a funciones prácticas de la vida
agrícola pero a la vez usados como vivienda de cierto empaque, ya que disponen
de un completo conjunto termal. En el siglo siguiente, la villa se amplía y se
modifica, y se renueva el conjunto termal con otro más “moderno”.
Pero en el siglo IV hay un cambio radical: Una de las estancias
centrales de la villa, de exterior cuadrado e interior circular y con cuatro
pequeños ábsides en las esquinas, es transformada en mausoleo.
Una doble cripta a dos niveles se excava bajo el pavimento, y el techo se cubre
con una gran cúpula de más de 10 metros de diámetro que se decora con
extraordinarios conjuntos de escenas hechas de mosaicos de gran calidad, cuyos
fondos utilizan profusamente teselas recubiertas de oro.
Durante siglos, un gran silencio documental se extiende sobre
el lugar, aunque hay razones para suponer que es utilizado como templo
cristiano. La primera mención escrita lo denomina “iglesia de Sent Celes”
(“Centum cellae” o “cien celdas”). Estamos en 1151.
Los datos ulteriores son escasos. Se sabe que en 1572 se
menciona su posible adscripción romana (*),
que en 1849 se habla de hallazgos arqueológicos y que, en 1877, al desprenderse
accidentalmente fragmentos de yeso del enlucido de la cúpula, aparecen las
trazas de los fabulosos mosaicos.
Es entonces cuando se entiende por qué, en una de las estancias
de época romana, se habían encontrado multitud de pequeñas piedras de igual
tamaño y forma cúbica, hechas de mármol, piedras naturales o pasta de vidrio,
algunas recubiertas de oro: teselas. Se trataba del taller de mosaicos in
situ para decorar la bóveda.
En tiempos más recientes, el conjunto, es utilizado como
vivienda particular (**), o para usos de las
labores del campo, destino por el que hubieron de pasar también lugares como
Santa María de Melque o Quintanilla de las Viñas.
En 1956, el Instituto Arqueológico Alemán inicia los estudios
del edificio, realizando calcos de los mosaicos y las pinturas y reproducciones
en acuarela a tamaño natural, así como tareas de consolidación y limpieza, y en
1959 adquiere la propiedad. Su entonces director Helmut Schlunk es quien asume
la tarea de estudiar a fondo Centcelles, tarea que lleva a cabo junto con
Theodor Hauschild. Cuando 19 años más tarde es cedido al Estado Español, lo
fundamental ya se sabe: Que Centcelles es único de entre los edificios romanos
de la península, uno de los más originales vestigios tardorromanos.
Description
El conjunto tal y como puede verse en la actualidad, se compone
de una alineación de estancias adjuntas, en diferentes estados de conservación,
que forman una estructura alargada de Oeste-Noroeste a Este-Sudeste de 90 m de
longitud, de la que sobresale la estructura octogonal (reciente) de la cúpula
central.
Los elementos del conjunto son, de Oeste a Este (la numeración
corresponde al plano adjunto atribuido a H. Schlunk y Th. Hauschild).
Un grupo de salas termales con las habituales estancias de baños a diferentes
temperaturas más los servicios anexos. (15 a 21): 15-16 tepidarium, 17-18
frigidarium, 20-21 caldarium.
Un segundo conjunto termal de construcción posterior al
anterior en al menos un siglo, y resultado de una restauración general del
conjunto. (22, 23, 25, 26). 22 frigidarium, 23 letrina, 25-26
caldarium.
Un grupo de estancias de uso indeterminado, resto de las
habitaciones de la villa original. (9, 10, 11, 24, 27, 28, 29).
Una parte del primitivo conjunto termal reconvertido en taller
de mosaicos. (12, 13, 14).
Una gran sala cuadrada (8) con cuatro grandes exedras en el
centro de los lados, sin decoración ni elementos visibles. Posiblemente
inacabada. Pudo tener una cúpula desaparecida (Fontaine) o bien una bóveda de aristas
cruzadas (García Bellido).
Otra sala (7) de tamaño similar a la anterior, de estructura
circular con cuatro pequeños nichos, que conserva la cúpula original decorada
con pinturas murales y mosaicos parcialmente conservados.
Varias estancias rectangulares de una ampliación de la villa
que no se llegó a completar. (1, 2, 3, 4, 5, 6).
El elemento principal, el que más sorprende al visitante y
constituye la razón de la singularidad y valor arqueológico de Centcelles es la sala
central y su cúpula (***) que describimos
con más detalle.
Se trata de una sala de planta interior circular de 10.70 m de
diámetro y una altura de 13.60 m, con cuatro nichos-ábsides semicirculares. El
aspecto octogonal exterior es de una intervención moderna.
Por debajo de la cúpula se aprecian vestigios de pinturas
murales, pudiéndose identificar el retrato de una dama ataviada con una diadema
de perlas, un paisaje urbano de casas, una escena de caza con antílopes y
algunos elementos geométricos.
La cúpula está decorada con mosaicos, organizados en cuatro
bandas circulares paralelas. Empezando por el círculo de arranque de la cúpula y
terminando en su cúspide, se las denomina convencionalmente bandas A, B, C y D.
La banda A, en la parte inferior y con una longitud total de
unos 34 metros, está ocupada por representaciones de escenas de caza, que
incluyen grupos de jinetes, ayudantes a pie persiguiendo a unos ciervos, con
detalles como trampas hechas de redes, un personaje en posición frontal rodeado
de otros cazadores, etc.
Esta temática, relativamente tópica en los pavimentos de las
villas, así como en sarcófagos bajoimperiales (Schlunk), sería una escena de
“prestigio”, en la que el señor de la mansión se muestra a sí mismo en una
actividad que revela su poder económico y su posición social. En alguna escena,
aparece mirando al espectador, y no atendiendo a las actividades cinegéticas,
para recalcar la función simbólica de la escena.
Entre esta banda y la segunda (B), una cenefa doble de líneas
trenzadas y motivos geométricos ondulantes recorre toda la circunferencia de la
sala.
La banda B, sobre la anterior, representa 16 escenas del
Antiguo y Nuevo Testamento delimitadas por columnas salomónicas. Aparecen, entre
otras una representación del Buen Pastor, Lázaro, el arca de Noe, Adán y Eva,
Daniel en el foso de los leones, Jonás en el vientre de la ballena y otras
figuras menos reconocibles debido a la conservación incompleta de los mosaicos.
La banda C, separada de la anterior por una cenefa de círculos
entrelazados, se compone de ocho escenas: cuatro son alegóricas de las cuatro
estaciones y alternadas con ellas, escenas de personajes entronizados, sentados
en cátedras de color rojo y vistiendo dalmáticas en oro y púrpura, reservadas a
los emperadores. Este detalle lleva a pensar a algunos estudiosos que se
trataría de la representación de una tetrarquía de breve duración, formada por
Magnencio, Constancio II, Vetranio y Decencio (Arbeiter).
La banda D, la última próxima a la cúpula representa a dos
personajes de difícil interpretación en un medallón central de motivos
geométricos. Podría tratarse de un grupo de personajes colocados radialmente
(Schlunk), tal y como se verán más tarde en los baptisterios de Rávena.
Conclusions
La interpretación de estos motivos decorativos varía en función
de las teorías sobre quién fue el destinatario del mausoleo. Hay al respecto
tres opiniones:
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Ya en los primeros estudios, Hauschild emite la opinión de que
Centcelles es realmente la tumba de Constante, (Flavio Julio Constante, tercer
hijo de Constantino el
Grande), asesinado en el 350 en la ciudad de Helena (actual Elna, en francés
Elne), junto a la frontera española, cuando huía de las Galias hacia Hispania.
La adaptación de la sala de la cúpula como monumento conmemorativo imperial
habría sido realizada precisamente por disposición del responsable máximo de
este asesinato, el usurpador Magnencio. Esta teoría se vería apoyada por la
apariencia imperial de la decoración, alejada del simple lujo de unos
propietarios ricos. Y además, aclararía el origen del topónimo de la población
más próxima: Constantí. Esta teoría (llamada “imperial”) parece excesivamente
imaginativa a otros autores (Palol, Arce), pero sigue siendo sustentada por el
Instituto Arqueológico Alemán (Arbeiter, Korol).Para completar la
confusión, una hipótesis muy controvertida de H. Schlunk afirma que el arcón de
pórfido (muy semejante al del mausoleo de Teodorico en Rávena), donde reposan
los restos de Pedro III el Grande de Aragón en la abadía cisterciense de Santes
Creus, procedería de la tumba imperial de Centcelles. La versión alternativa
dice que el sarcófago fue traído de Sicilia por Roger de Lauria. -
Según la segunda teoría (llamada “aristocrática”), defendida
por Rainer Warland, el mausoleo sería la tumba de los dueños de la gran villa, y
el tono de la decoración se explicaría como un intento de prestigiar la morada
última de los señores locales, quizá muy notables aristócratas de
Tarraco. -
Por último, según Javier Arce Martínez, el mausoleo lo sería de
alguna autoridad eclesial de alto rango (versión “episcopal”).
Es interesante notar que las tres teorías tienen base
suficiente para ser verosímiles, y ningún dato las descarta de modo definitivo.
La decoración de Centcelles tiene una lectura siempre ambivalente que confunde a
los que la estudian: Su simbología es pagana y cristiana a la vez; se alternan
escenas totalmente profanas y terrenas, como las cinegéticas o las Cuatro
Estaciones con imaginería bíblica y personajes entronizados que pudieran tener
una interpretación religiosa; se yuxtapone lo sagrado con lo profano, la
alegoría religiosa y el realismo imperial.
A este respecto, es fácil olvidar que la transición del
paganismo romano al cristianismo primitivo, no fue ni pudo ser un cambio
instantáneo. Dioses mayores y menores del panteón romano coexistieron en la
religiosidad popular con santos y mártires cristianos. Tanto es así, que constan
cartas y edictos de los obispos de la antigüedad en que recomiendan a los fieles
cristianos abstenerse de culto a dioses paganos. Lo curioso es que no niegan la
existencia de tales dioses, sino que se limitan a desaconsejar su culto. Hasta
los primeros concilios, necesarios para poner orden en el panteísmo que reinaba
en la práctica, no se relega definitivamente al olvido a los dioses romanos.
Centcelles es de esa época, y evidencia esa transición. Por eso
su mensaje es ambiguo y por eso las discusiones continuarán, hasta que aparezcan
nuevos datos.
Para terminar, es obligado un comentario sobre la más reciente
actuación que se ha realizado en Centcelles. Ha consistido en instalar en el
centro de la sala de la cúpula, un complejo sistema de proyectores de imágenes,
focos luminosos y altavoces, cuyo supuesto propósito es ilustrar al visitante
sobre los detalles de la cúpula.
No se discute la necesidad de revalorizar y hacer accesibles
para el gran público y los estudiantes los hallazgos de esta categoría, pero la
intrusión de elementos de tecnología “dura” en un lugar como Centcelles,
destroza la sensación que uno espera encontrar al entrar en la estancia de la
cúpula, esa sensación que sentimos por ejemplo al entrar en Santa Cristina de
Lena o San Pedro de la Nave, esa percepción casi física de los siglos, que se
pierde al distraer nuestra mirada con diapositivas y efectos de luz y sonido,
que más recuerdan a un planetario que a un mausoleo romano. “…bajo ningún
concepto, se pueda pretender aplicar a Centcelles los principios de actuación
que se vienen aplicando en el emergente mercado de los parques temáticos?”
(Francesc Tarrats Bou, director del Museu Arqueològic Nacional de Tarragona). Ver artículo de Javier Arce sobre este tema.
Esperamos que la instalación de esos aparatos audiovisuales sea
reversible, y otros responsables, con más sentido común, devuelvan a Centcelles
la dignidad que se merece.
NOTAS
(*) “Cerca de la villa de Constantí se
muestra un muy antiquísimo edificio que se dice Censellas y sin duda es obra de
los romanos”. (Luís Pons d’Icart, Libro de las Grandezas, 1572). Volver
(**) “Cuando se habilitó para vivienda
el espacio interior se dividió en plantas, modificación que pudo tener lugar en
el siglo pasado [XIX], apoyándolas en cuatro pilares de ladrillo. En la planta
baja había un vestíbulo y una bodega; en el primer piso estaban las dependencias
de una vivienda: comedor, dormitorios, cocina y baño y el piso superior estaba
destinado a almacén.
Recuerdo en mis visitas al monumento, haber pasado
algunos ratos de charla con el dueño en aquel amplio altillo, en donde se
guardaban los frutos del campo secándose, los sacos de avellanas, instrumentos
ligeros de labranza y mobiliario fuera de uso”. (José Sánchez Real, El mausoleo
de Centcelles, monumento desconocido, 1978). Volver
(***)“es el único monumento cristiano
de Hispania que en excelente estado de conservación se remonta – con mucho,
además – a una época previa al s. VII y que preserva, a escala mundial, el
mosaico cupular más antiguo de temática en gran medida cristiana” (Convocatoria
del Instituto Arqueológico Alemán de las jornadas sobre Centcelles de noviembre
de 2010). Volver
Other interesting information
Forma de acceso: Su situación y acceso, en las afueras de Constantí y entre campos de cultivo, complica su localización, aunque hay indicaciones suficientes. En Tarragona, salir hacia el Oeste hasta enlazar con la carretera N-241 hacia el Norte. En la rotonda de acceso al Polígono Industrial Riuclar, coger a la izquierda la T-721 en dirección Constantí. En la rotonda de entrada a Constantí, seguir la indicación “Constantí Sud” (Carrer Major). A partir de esta calle, seguir las diversas indicaciones que indican “Centcelles” o “Vila Romana de Centcelles”. Coordenadas GPS: 41º 9′ 21,03″ N 1º 13′ 34,06″ E.
Teléfono de
Información: Museu
Nacional Arqueològic de Tarragona.Tfno. 977 523 374
Horario de
visitas: Enero, Febrero, Noviembre y Diciembre: Laborables: 9:30-13:30 /
15-17:30. Festivos: 10-14.
Marzo, Abril, Mayo
y Octubre: Laborables: 9:30-13:30 / 15-18. Festivos:
10-14.
Junio, Julio, Agosto y Sptiembre:
Laborables: 10-13:30 / 16-20:00. Festivos: 10-14.
Cerrado todos los Lunes y
los días 1 de Enero, 1 de Mayo y 25 y 26 de Diciembre. 20 de Enero y 1 de
Agosto.
Entrada: 1,80 ?. Gratuita para menores de 7 años y para
colegios con profesor.
Bibliography
Jacques Fontaine: El Prerrománico (Ediciones Encuentro, Madrid, 1978)
José Sánchez Real: El mausoleo de Centcelles, monumento desconocido. (Institut d’Estudis Tarraconenses Ramon Berenguer IV, 1978). En ocasión de la cesión de Centcelles al Estado Español por parte del Instituto Arqueológico Alemán
Javier Arce Martínez: Los Mosaicos de la cúpula de la villa romana de Centcelles: Iconografía de la liturgia episcopal. (Anas ((Museo Nacional de Arte Romano de Mérida)), Nº. 11-12, págs. 155-161, 1998-1999)
Helmut Schlunk y Theodor Hauschild: Informe preliminar sobre los trabajos realizados en Centcelles. (Ed. Ministerio de Educación Nacional, Madrid, 1962)
Antonio García y Bellido: Arte Romano (CSIC, Madrid, 1990 (cuarta edición). Primera edición de 1955).