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VILLA FORTUNATUS

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Entorno histórico

La Villa Fortunatus se encuentra situada a unos cuatro kilómetros del casco urbano de Fraga (Huesca), en la orilla del río Cinca, junto a la calzada romana que unía Ilerda (Lérida) y Caesaraugusta (Zaragoza). Está considerado uno de los ejemplos más importantes de arquitectura rural romana en Aragón. La villa primigenia se edificó a finales del s. I d.C., o principios del s. II d.C., pero el conjunto que se conserva a día de hoy está fechado en el s. IV d.C. En el lado noreste de la villa, tras su abandono, se superpuso entre los siglos IV y V una basílica paleocristiana de planta rectangular que continuó ocupada en época visigoda.

Descripción

El edificio señorial de la villa cuenta con una distribución clásica, con un peristilo, o patio porticado, en torno al cual se sitúan las diversas estancias. En la zona oriental se encontraban las termas y las letrinas y en la zona occidental el área privada de la residencia, con las habitaciones de los propietarios localizadas en torno a un pequeño atrio. Es en esta zona donde se construyó la estructura de planta basilical destinada al culto cristiano.


Gran parte de las estancias de la villa se encuentra o encontraban, ya que muchos de ellos se pueden visitar en el Museo de Zaragoza, pavimentadas con mosaicos entre los que destaca el que cuenta con una inscripción, FORTV-NATVS, que da nombre a la villa actualmente.


La basílica consta de una nave principal y dos laterales, una cabecera que está compuesta de tres habitaciones alineadas con las naves, donde las dos laterales se han utilizado de sacristías y la central de espacio intermedio entre el iconostasio y el ábside rectangular que sobresalía del edificio al noreste. El baptisterio se localiza en el lado opuesto a la cabecera, al suroeste de la nave. En el iconostasio se situaría el cancel, decorado con relieves de un crismón y con una arquería de arcos de herradura. Este cancel se encuentra actualmente expuesto en el Museo de Zaragoza.


Tanto en el interior de la iglesia como en su entorno se localiza una necrópolis de la que podemos ver varios sarcófagos en los que, incluso, algunos conservan su lauda. La cabecera del templo, que se encuentra canónicamente orientado, hacia el exterior es plana, sin embargo, hacia el interior se dibuja con claridad el cilindro abdisal; centrándolo la columna que sustentaba la mesa del altar, con una pequeña cavidad excavada en su extremo superior para contener la teca de reliquias. En la zona de la cabecera del templo se aprecia un pequeño vano en forma de aspillera que sin duda fue diseñado para darle luz al interior. Sin embargo, llama la atención el hecho de que el nivel de piso se encuentre por encima de este vano, lo que deja claro que estamos antes dos niveles distintos de solera, y, por lo tanto, de uso.


Justo delante de la cabecera de la basílica, tenemos una estructura correspondiente a una caja de escalera que en un principio, durante los trabajos de excavación, se interpretó como el posible acceso a una hipotética cripta; sin embargo, esta cripta no existe y parece que esta escalera corresponde con la comunicación entre las estancias nobles del propietario de la villa romana; de hecho en esta zona se localizaron unos bellos mosaicos.


En el baptisterio, situada entre cuatro basas que la delimitan, tenemos una poza de unos 70 centímetros de profundidad a modo de piscina. Se trata de un espacio muy importante y revelador, ya que nos remite a los ritos del bautismo paleocristiano por inmersión, y, además, se sitúa en el sitio adecuado para ello, en el exterior del templo, ya que se debía recibir el bautismo antes de acceder al mismo.


Tenemos un templo lo suficientemente grande como para dudar de que se trate de un uso exclusivamente privado de los habitantes de la villa, por lo que parece evidente pensar que una población de más envergadura debió asentarse en la zona a partir del s. IV.


Rafael Caballero para URBS REGIA


Otra información de interés

Visitas al público en general

 

Bibliografía

MAGALLÓN BOTAYA, M.A., 1992: La Romanización. Fraga en la Antigüedad (1ª ed.), Zaragoza, M.I. Ayuntamiento de Fraga.
PUERTAS TRICAS, R., 1972: “Trabajos de planimetría y excavación en la Villa Fortunatus, Fraga (Huesca)”, Noticiario Arqueológico Hispánico. Arqueología 1. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia, 69-82.
SERRA RAFOLS, J. DE C., 1943: “La Villa de Fortunatus, de Fraga”, Ampurias, 5, 5-35.
UTRERO AGUDO, M.A., 2006: Villa Fortunatus. Iglesias tardoantiguas y altomedievales en la Península Ibérica. Análisis arqueológico y sistemas de abovedamiento. Anejos de AEspA, 40. Madrid, CSIC., 570-571.

Portales

 

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