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CÓDICE ALBELDENSE

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Notas Previas

Referencia: Biblioteca del Monasterio del Escorial, Códice Nº 976.

Otros nombres: Codex Conciliorum Albeldensis seu Vigilanus, Códice Vigilanus.

Dimensiones: 455 X 325mm.

429 folios de pergamino escritos en letra visigoda a dos columnas.

82 miniaturas.

 

 

Libro de imágenes del Códice Albeldense que nuestro colaborador J-L Monneret ha limpiado y comentado. Pulsar la imagen para acceder. Desde el ibro se accede a toda la información disponible sobre el Beato.

 

 

 

Entorno histórico

Ariamirus Rex, con el obispo Lucrecio y dos clérigosSegún consta en su colofón fue terminado en 976, después de dos años de trabajo, en el Monasterio de San Martín de Albelda (Rioja), bajo el reinado del rey Sancho II de Navarra.

También podemos conocer sus autores -Vigila, Sarracino y García- ya que aparecen dibujados en el folio 428, junto a tres reyes visigodos -Chindasvinto, Recesvinto y Egica- y tres de sus sucesores en Navarra y León -Urraca, Sancho y Ramiro-.

Entre otros muchos contenidos canónicos, jurídicos e históricos, incluye la copia de la crónica de Alfonso III, llamada así porque parece haber sido escrita por el propio monarca asturiano a finales del siglo IX y que está considerada como una de las principales fuentes cristianas para conocer la historia del final del reino visigodo y la de la monarquía asturiana.

Actualmente se encuentra en la Biblioteca del Real Monasterio de El Escorial, gracias a una donación del Conde de Buendía a Felipe II.

Descripción

Lector ante el atrilEl Monasterio de San Martín de Albelda, fundado por Ordoño II con más de cien monjes en el año 921, fue a lo largo del siglo X un centro cultural de primer orden con un scriptorium de gran importancia. Sin embargo, de la gran cantidad de libros en letra gótica que pudo aún ver a comienzos del siglo XVI el conde de Aguilar en una de las cuevas del monasterio, solo nos han quedado dos manuscritos completos: el Códice Albeldense y el de Godescalco que se conserva actualmente en la Biblioteca Nacional de París.

El primero de ellos es una obra fundamental, no sólo de la producción de este monasterio, sino de toda la bibliografía española de esa época, tanto por el número de folios miniados, algunos a página entera, y la calidad de sus miniaturas, como por el esfuerzo de recopilación de textos históricos y de derecho canónico y civil que incluye. Sin embargo, aunque J. Fontaine lo considera como una de las tres piezas básicas de la miniatura española del siglo X, no ha merecido una atención especial de los expertos en arte altomedieval español, hasta el punto de que aún no existe ningún estudio monográfico sobre este manuscrito.

Con el objetivo de recopilar la información política, religiosa e histórica de los reinos cristianos hasta esa época, el códice contiene una colección completa de los concilios españoles y los cánones de todos los concilios generales, además de una selección de cánones y las decretales de los pontífices hasta San Gregorio Magno, así como el Liber Iudiciorum, código civil promulgado por Recesvinto en el año 654 y cuya traducción fue usada como “Fuero Juzgo” en España hasta el siglo XIII y en parte hasta nuestros días. También incluía otros textos de historia o liturgia, como el Cronicón Albeldense, la Crónica Profética o la Vida de Mahoma, todo ello realizado por una misma mano y con una cierta unidad argumental.

El volumen de información de tan diferentes tipos que incluye nos lleva a pensar que para su desarrollo se partió de uno o varios códices anteriores y de copias de las actas de los concilios de la iglesia visigoda, ya que parece muy difícil que hubieran podido consultar los originales, de trescientos años de antiguedad en esos momentos, desde un monasterio tan alejado de cualquier posible centro de información. Según Pijoan, Vigila y sus colaboradores debieron copiar un texto anterior que supone debía estar también ilustrado, ya que considera que existen en los dibujos y en la indumentaria de los personajes detalles que corresponden a épocas anteriores.
Destaca su magnífico conjunto de miniaturas en las que, dentro de un estilo muy personal pero claramente enraizado en las características generales de su entorno mozárabe, se presta una especial atención a la figura humana, que es de forma alargada, con una cierta sensación de movimiento, y aparece en muchos casos formando grupos enmarcados, en los que cada figura está perfectamente diferenciada en el espacio pictórico. El tratamiento de los rostros es a base de rasgos muy semejantes en todos ellos, de perfil ovalado que en un único trazo que llega hasta la oreja del otro lado, los ojos formados por dos arcos con grandes pupilas redondas siempre de color negro, mientras las cejas son dos segmentos que terminan en el trazo recto de la nariz. La categoría de los personajes, a los que además se les añade su nombre o el de su cargo, se refleja habitualmente en sus vestiduras, en general muy decoradas y con una o dos plegados a base de líneas paralelas verticales. Otra característica a destacar es el tratamiento de las manos, que suelen ser de gran tamaño y en posturas que producen una cierta sensación de movimiento.

Iglesia toledanaComo sucede con la mayoría de las obras de los iluminadores mozárabes, en la riquísima decoración que encontramos por ejemplo en las mayúsculas, arquerías y columnas del Códice Albeldense, se han encontrado influencias de todo tipo, desde imitación de modelos de época visigoda, hasta múltiples detalles que recuerdan el arte irlandés o el carolingio y las que anuncian la llegada de la pintura románica, pasando por diverso motivos nórdicos, islámicos, sirios y coptos. Sin embargo, en todas sus figuras se reconoce la mano de un artista de gran personalidad -Vigila- que, aunque comparte el marcado espíritu de toda la miniatura de su época, ofrece características propias, que le hacen perfectamente reconocible, algo habitual en un entorno ecléctico en el que en la mayoría de los casos podríamos decir cada artista creaba su propia escuela.

Un detalle de interés a destacar es que en este códice se encuentra el registro más antiguo que se conserva en el mundo donde las nueve cifras hindú-arábigas, ya que no incluye el cero, aparecen escritas en el mismo formato que se utilza en la actualidad.

 

Bibliografía

Historia de España de Menéndez Pidal: Tomos VI y VII*
SUMMA ARTIS: Tomos VIII y XXII
L’Art Préroman Hispanique: ZODIAQUE
Arte y Arquitectura española 500/1250: Joaquín Yarza

Portales

One thought on “CÓDICE ALBELDENSE”

  1. Samuel dice:

    Se puede visitar una copia del códice en Albelda de Iregua (La Rioja

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