YACIMIENTO DE GUARRAZAR

En el entorno de Toledo existen numerosas edificaciones y vestigios sobresalientes de época altomedieval como es el caso de Melque (San Martín de Montalbán), San Pedro de la Mata (Sonseca), Los Hitos de Arisgotas (Orgaz) siendo Guarrazar uno de los más importantes. Pero, ¿por qué esta concentración de mansiones y monasterios al sur de Toledo? La razón más atractiva es la proximidad a ésta, capital del reino, sin olvidar que por el sur, suroeste y oeste de la ciudad discurrían las vías que llevaban a la Bética, a Mérida y a buena parte de la Lusitania.  Concretamente Guarrazar se encuentra a 1km de la vía que iba de Toledo a Mérida. Ya en el bajo imperio romano se daban estas condiciones de comunicación, lo que explica la existencia de numerosos mausoleos tardorromanos en la zona (Alpuébrega- Polán, de Layos, Orgaz, etc.).

Del mismo modo, todas estas edificaciones comparten situación topográfica y condiciones medioambientales: terrenos con abundantes cerros y afloramientos rocosos en los que la masa forestal sería más abundante que en la actualidad.

A diferencia de sus coetáneos (Los Hitos o San Pedro de la Mata), en Guarrazar se han documentado restos materiales que evidencian la existencia de hábitats que arrancan en la Edad del Cobre. En un entorno de más de cuarenta hectáreas se conocen varias localizaciones con restos de la II Edad del Hierro y época romana, por lo que parece evidente que se trataba de un lugar con unas determinadas condiciones que favorecían la ocupación humana, entre ellas, la existencia de un manantial situado en el centro de dos vaguadas, alrededor de las cuales se localizan la mayoría de los cimientos que componen el complejo arqueológico de Guarrazar.

Las investigaciones llevadas a cabo este último año plantean la hipótesis de que las poblaciones que habitaron este terreno se dedicaban a la actividad minera de extracción de galena argentífera, de la que se encuentran varios filones en el entorno del arroyo Guajaraz, y no a la agricultura. En el propio yacimiento de Guarrazar se conservan claros indicios de un pozo minero y de la escombrera, de los que, por ahora, no se conocen datos concretos sobre si se trata de la explotación que dio lugar a nombre de «Guarrazar» o «Valle del Plomo», con el que se empezó a denominar en época andalusí (siglos VIII al XI).

Los restos de edificios descubiertos entre 2013 y 2014 nos hablan de un complejo monumental en consonancia con la entidad del tesoro descubierto en 1858. Podríamos decir que este tesoro del siglo VII sería un exvoto real que se albergaría en una basílica monumental.  De ésta conocemos unas enormes basas de mármol,  respondiendo cada una de ellas a un diseño y unas dimensiones diferentes, lo que nos hace pensar en un expolio y reaprovechamiento de piezas de edificaciones romanas de la zona.

A esta basílica, centro del complejo, se le adosarían otros edificios: un reciento palacial y un monasterio; junto a todos estos elementos hay que relacionar el hallazgo de la tumba del presbítero Crispinus, en la capilla funeraria excavada por José Amador de los Ríos en 1859.

– Rojas Rodríguez-Malo, J. M. (2015). Guarrazar en el contexto de un importante territorio de la tardoantigüedad. Revista de Estudios Monteños: boletín de la Asociación Cultural Montes de Toledo, 50, pp. 60-65.

Guarrazar: Tierra de reyes: http://www.guarrazar.com/ 
Centro de interpretación del tesoro de Guarrazar: https://www.youtube.com/watch?v=4V9YpUg_u8M