Prerrománico en Barcelona
El viaje que se propone comenzaría en Tarrasa, municipio que posee un increíble Conjunto Episcopal visigodo debido a que fue sede episcopal en el siglo VII. Este conjunto está constituido por tres importantes iglesias construidas, como era tradicional en los obispados de aquellos tiempos, sobre restos de edificaciones anteriores y en parte fueron reconstruidas en el periodo románico.
Los tres monumentos son: la catedral dedicada a la Virgen María, la iglesia parroquial de San Pedro y el Baptisterio de San Miguel.
La catedral de la Virgen María era una basílica constituida por tres naves y un ábside. Sólo nos ha llegado el ábside, la nave central y el primer tramo de las naves laterales que forma actualmente una especie de crucero.
La iglesia parroquial de San Pedro es el edificio situado más al norte. Originalmente tenía forma basilical de tres naves como la catedral de la Virgen María y, de hecho, en la actualidad nos ha llegado algo semejante.
El Baptisterio de San Miguel es el tercer edificio del conjunto episcopal de Tarrasa, situado entre Santa María y San Pedro. Magníficamente conservado, se le añadió una pila bautismal en su restauración.
La siguiente parada sería la ciudad de Esparreguera, donde se encuentra la pequeña ermita mozárabe del siglo X de Santa Margarida del Cairat, que consta de una nave y un ábside, ambos cubiertos por bóveda de cañón y separados por un arco de herradura.
El viaje concluiría en el municipio de Berga en el cual se halla la iglesia mozárabe de Sant Quirze de Pedret, en cuyo interior existe un interesante conjunto pictórico mozárabe y románico.
Visitas previstas: Santa María de Tarrasa, San Pedro de Tarrasa, San Miguel de Tarrasa, Santa Margarida del Cairat y Sant Quirze de Pedret.
Recorrido total aproximado del viaje: 102 Km.
Tipo de estancia recomendada: Alojamientos Rurales en el
entorno de Barcelona.
Visitas: 44
Mapa del viaje
Guía del viaje
Día 1
Tarrasa, la antigua Egara, fue sede episcopal en la época visigodo, entre los años 450 y 711. Este conjunto de tres iglesias, la catedral dedicada a la Virgen María, el Baptisterio a San Miguel, y la iglesia parroquial de San Pedro, era tradicional en los obispados de aquellos tiempos, por lo que aunque construidas sobre restos de edificaciones anteriores y en parte reconstruidas en el periodo románico, son consideradas de esa época en que fue obispado.
Dentro del conjunto episcopal de tres iglesias existente en Tarrasa, ésta sería la catedral, dedicada a la Virgen María. Construida en el siglo VII sobre una iglesia anterior, era una basílica de tres naves y un ábside de lo que sólo quedan el ábisde, la nave central y el primer tramo de la naves laterales que forma actualmente una especie de crucero.
Dentro del conjunto episcopal de tres iglesias existente en Tarrasa, ésta es la situada más al norte y sería posiblemente la iglesia parroquial. Se trata de la situada más al norte y originalmente tenía forma basilical de tres naves, que desaparecieron posteriormente a partir del segundo tramo, aunque en la restauración de época románica sólo se reconstruyó la central, formando como con el primer tramo de las laterales, como en Santa María, algo semejante a un crucero.
Es el tercer edificio del conjunto episcopal de Tarrasa, situado entre Santa María y San Pedro. Magníficamente conservado, su planta tiene forma de cruz griega inscrita en un cuadro de la que sobresale en el costado este un ábside con forma exterior poligonal y de herradura en su interior. Considerada como el baptisterio del conjunto, se le añadió una pila bautismal en su restauración.
Día 2
Ermita de una nave y un ábside, ambos cubiertos por bóveda de cañón y separados por un arco de herradura. Al construir la bóveda de la nave, que inicialmente estaba cubierta en madera, se reforzaron los muros laterales con arquerías adosadas, también en forma de herradura, que recuerdan a las de San Miguel de Cuxá.
A partir de una primera construcción, posiblemente visigoda, formada por una única nave y un ábside trapezoidal, en el siglo X se amplió a una estructura de tres naves y otra transversal a modo de crucero, cubiertas con bóvedas de piedra, añadiendo al ábside inicial otros dos laterales semicirculares. Los distintos espacios están comunicados entre sí mediante arcos de herradura. En su interior existe un interesante conjunto de pinturas mozárabes y románicas.