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XENODOQUIO DE MÉRIDA

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Entorno histórico

La ciudad de Mérida atesora un conjunto monumental y arqueológico impresionante. Uno de los restos arqueológicos menos conocidos es el Xenodochium; está ubicado en las cercanías de la basílica de Santa Eulalia, hacia el Noreste. En la segunda mitad del siglo VI, momento en el que Mérida fue uno de los principales focos culturales y económicos de la Península Ibérica, el obispo Mausona mandó edificar un albergue para acoger a los muchos peregrinos que acudían a visitar el martyrium de la santa emeritense desde todos los puntos del Mediterráneo, y también como residencia de los enfermos menesterosos locales.

Desde que el cristianismo fue aceptado por el Imperio Romano e instaurado como la religión principal (siglo IV), el urbanismo de Mérida fue transformándose para adecuarse al nuevo culto. Los templos cristianos, la sede episcopal, el túmulo de la Mártir y el Xenodoquium, se convirtieron en los principales hitos de la ciudad. El Xenodoquium se elevó en las inmediaciones del santuario eulaliense, y también del camino que enlazaba Mérida con Toledo, sobre una antigua necrópolis cuyos materiales constructivos fueron reutilizados con nuevas funciones.

El Xenodoquium se mantuvo en uso durante unos trescientos años, hasta fines del siglo IX. Bajo el dominio islámico el ya antiguo albergue, entonces carente de uso, fue desmantelado casi hasta sus cimientos. Con la llegada de los invasores las reliquias de la Santa fueron trasladadas hasta tierras asturianas. Buena parte del inmueble fue excavada con metodología arqueológica a finales de los años 90’ del siglo XX, el resto se encuentra bajo el balasto que sustenta las vías del tren que conecta Mérida con Madrid.

La tradición de construir hospitales y albergues puede rastrearse hasta los tiempos de la Grecia clásica, tiempo en el que parte de algunos palacios se reservaban para recibir a viajeros, invitados y asistentes a cultos de divinidades. En Roma se mantuvo la costumbre, siendo financiada como obra pública y también como iniciativa privada. El emperador Juliano exigió la construcción de hospitales para atender las necesidades básicas de pobres y enfermos de las principales urbes del territorio imperial.

La Iglesia tomó el relevo asistencial con la llegada de la Edad Media. Los Monasterios, muy especialmente, se convirtieron en instituciones caritativas y médicas, a la vez que religiosas. La regla de San Benito determinó la obligación para los monasterios de ofrecer hospitalidad a los viajeros, transeúntes y menesterosos de toda condición.

El Xenodoquium emeritense, por tanto, es una de las mejores muestras altomedievales conocidas arqueológica y documentalmente de albergue-hospital para peregrinos, probablemente un ejemplo que debió ser repetido en otras muchas localidades durante los siglos VI y VII.

Descripción

El área arqueológica está situada extramuros, entre la basílica de Santa Eulalia (al Oeste), el acueducto de San Lázaro (al Este), y la vía del ferrocarril (hacia el Sur), ocupa un solar próximo a un bloque de viviendas y naves industriales.


Del magnífico hospital-albergue solo se han conservado cimentaciones y muros que permiten leer parcialmente la planta del edificio (no está excavado en su totalidad), comprender su organización espacial, e intuir la calidad constructiva de la institución patrocinada por el obispo Mausona, uno de los personajes más influyentes de su tiempo.


El edificio se compartimentaba en dos alas (una para albergue, otra para hospital) con doble altura organizadas en torno a sendos patios porticados interiores; entre ambas alas se alzaba una amplia estancia de planta rectangular y ábside semicircular que serviría como iglesia. Afrontado al ábside se sitúo un porche por el que accederían los residentes al interior. El diseño se liga a esquemas arquitectónicos propios del Mediterráneo oriental, del ámbito cultural bizantino, muy vinculado con algunos de los obispos de la cátedra emeritense, de origen griego. Entre los materiales exhumados destacan las pilastras de mármol con vides y racimos tallados, símbolos de la eucaristía.


En la esquina norte se conservan los restos de una estructura cuadrangular que ha sido interpretada como torre-campanario. La excavación arqueológica facilitó también el conocimiento de la necrópolis romana bajoimperial previa, de la cual puede apreciarse un mausoleo.


El área excavada se integra en la actualidad en un espacio ajardinado anexo a una zona residencial, respetado y valorado por el vecindario.


Victor Gibello para URBS REGIA


 

Bibliografía

Mateos Cruz, P.: “A propósito del edificio identificado como el xenodochium de Masona en Mérida. Aspectos cronológicos y funcionales”, SPAL, 2022.
ID.: “Identificación del Xenodochium fundado por Masona en Mérida”, Actas de la IV Reunión de Arqueología Cristiana Hispánica, Barcelona, 1995.

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