SANTA MARÍA DE LEBEÑA
Notas previas
- Fue declarada Monumento Nacional el 27 de marzo de 1893.
- En el siglo XVIII se añadió el pórtico actual y una torre adosada, hoy desaparecida.
- En 1896 fue objeto de una completa restauración en la que se sustituyó la torre adosada por la exenta actual, se consolidó todo el edificio, techándolo, para lo que hubo que añadir algunos modillones nuevos, y se sustituyó el suelo por uno nuevo de piedra.
Entorno histórico
El Monasterio de Liébana fue un lugar de trascendencia, tanto religiosa como política, desde los primeros tiempos de la reconquista. Beato de Liébana, que vivió en la segunda mitad de siglo VIII, muy cerca de donde dos siglos después se construyó nuestra iglesia, no sólo fue de vital importancia por sus “Comentarios al Apocalipsis”, que sirvieron de modelo para una de los más importantes desarrollos de la miniatura en el occidente de Europa a lo largo de toda sus historia, y por su discusión, en la que fue apoyado por la iglesia romana y francesa, con Elipando de Toledo sobre la teoría adepcionista de este obispo mozárabe, sino también por su influencia en la corte asturiana y por su colaboración, desde su ya indiscutible renombre en toda la Europa cristiana, en la creación del mito de Santiago de Compostela. La labor de este personaje, tan importante en todas las áreas significativas de su época excepto en las relacionadas con las armas, fue fundamental para conseguir sustituir a Toledo, hasta entonces la sede principal del cristianismo en España y situado en territorios dominados por los árabes, por Santiago de Compostela, en el reino cristiano de Asturias, como centro religioso de la península.
A sólo 12km de Santo Toribio de Liébana – que entonces se llamaba San Martín -, en una pequeña meseta que forma un oasis de vegetación dentro de un impresionante entorno montañoso, encontramos uno de los monumentos más bellos y mejor conservados del arte español del siglo X. Es en el cartulario de dicho monasterio donde se encuentran los documentos que nos informan de que fue fundado por Alfonso y Justa, condes de Liébana, posiblemente mozárabes procedentes de Sevilla, hacia el año 924, lo que significa que su construcción es algo posterior a las de Santa María de Wamba, San Miguel de Escalada y San Cebrián de Mazote y contemporánea de las de Sahagún y Peñalba.
Descripción
Construida en mampostería, con grandes sillares en las esquinas, su planta de 16m de largo por 12 de ancho, muy semejante a la de Wamba, en la que podría estar inspirada, tiene forma de cruz griega inscrita en un rectángulo, casi un cuadrado, del que sobresalen tres ábsides planos, algo más largo el central, que es de la misma anchura que la nave central, siendo los laterales en forma de trapecio, algo más estrechos que las naves correspondientes. Su planta está claramente relacionada con las del conjunto de iglesias cruciformes visigodas a que dio origen la importación del modelo del Mausoleo de Gala Placidia en Rávena para la construc ción de San Fructuoso de Montelios, que desde nuestro punto de vista, como ya hemos indicado en otras ocasiones, fue seguido en iglesias como Santa Comba de Bande, San Pedro de la Mata, Santa María de Melque ó San Miguel de Tarrasa y que continuaría en edificios carolingios como Germiny-des-Prés. Pero en Lebeña es también muy significativa la influencia del arte asturiano en la forma de su cabecera tripartita, plana e irregular, así como los tres compartimentos que existen en el lado opuesto, que recuerda a los pórticos de las iglesias asturianas, y en el que posiblemente estuviera la entrada principal, sustituida posteriormente por la puerta lateral actual al añadir el pórtico del costado sur.
Si no consideramos dicho pórtico – construido, a la vez que la sacristía existente en el costado norte, en el siglo XVIII para lo que también se modificó la parte oeste del muro sur y el tejado de la cámara del ángulo sudoeste, dejando al aire en su interior un bello conjunto de modillones – su imagen exterior, en la que cada compartimento corresponde a una altura y un tipo de cobertura diferenciada, recuerda a San Miguel de Tarrasa, excepto en que los dos tramos delanteros de la nave central forman un único elemento de mucho mayor altura que el resto de la iglesia. El resultado es un bello conjunto de once tejados, los ocho del cuadrado básico y los tres de la cabecera, independientes, a distinta altura y todos ellos a dos aguas excepto el que se modificó para enlazar con el pórtico, terminados en grandes aleros de losetas de piedra soportados por modillones decorados, tan habituales en las construcciones mozárabes, que a su vez se apoyan sobre bandas horizontales, también decoradas. El resultado es un conjunto bien proporcionado y de gran belleza situado en un paisaje impresionante.
Pero más impactante es su interior, dividido en doce cuadrados, todos comunicados entre sí excepto los dos compartimentos laterales del costado oeste y los dos ábsides laterales, que en ambos casos están separados del central por muros cerrados. En el sistema de cobertura, independiente para todos los tramos, no se ha utilizado ninguna de las técnicas habituales en las construcciones mozárabes, volviendo a las visigodas y asturianas, ya que todos los espacios están cubiertos por bóvedas de cañón a distintas alturas, dispuestas de forma longitudinal en la nave central, en la cabecera y en los tres compartimentos del último tramo, mientras que en los dos compartimentos centrales de las naves laterales están situadas de forma perpendicular a la alta bóveda de la nave central, proporcionando una mayor consistencia al conjunto, mediante una solución que ya hemos encontrado en la cabecera de la iglesia visigoda de Santa Lucía del Trampal y en las naves laterales de la ramirense San Miguel de Lillo. Mientras los arcos de acceso a los tres ábsides son de medio punto, con el central enmarcado en un alfiz, el resto de los espacios están comunicados mediante arcos de herradura prolongados entre 1/3 y 1/2 del radio, excepto los dos compartimentos laterales del costado occidental, cerrados y con puertas adinteladas. En todos los casos los arcos se apoyan sobre columnas adosadas a los muros en las laterales y a pilastras, semejantes a las habituales en los monumentos asturianos, en las dos centrales.
En su estructura interna volvemos a observar una interesante simbiosis entre el arte visigodo, el asturiano y la influencia árabe: a pesar de que el diseño básico de su planta corresponde al de una iglesia cruciforme visigoda, si se accediera por la que debió ser la entrada original, en el muro oeste, la sensación al entrar en la iglesia sería la de una basílica asturiana de tres naves, sensación reforzada por los arcos de medio punto de los ábsides, la visión de la alta bóveda longitudinal de los dos tramos centrales y por el triple porche occidental. Sin embargo el acceso actual, al estar situado en el costado sur y también descentrado respecto al eje transversal ofrece una perspectiva oblicua, completamente diferente, de arcos de herradura, columnas, capiteles y bóvedas independientes y de distintas alturas en cada espacio, que genera una clara apariencia de mezquita árabe. Esta sensación de independencia de los diversos espacios está muy marcada por la diferencia entre las alturas de las bóvedas, lo que genera también arcos prácticamente del mismo tamaño pero de distinta altura entre los diferentes compartimentos, para lo que se ha optado por una solución muy original mediante la utilización de columnas de distinta longitud adosadas al mismo pilar, todas ellas de fuste cilíndrico sobre basas áticas, terminadas en capiteles de tipo corintio, con decoración vegetal y collarines de sogueado asturiano, y sobre ellas cimacios en forma de tronco de pirámide invertida. El resultado final, de una estética sorprendente, es que a cada costado de una pilastra existen columnas y capiteles muy semejantes, pero situadas de forma escalonada, formando una especie de espiral óptica que aumenta la sensación de ligereza del conjunto.
Mención especial merece la decoración escultórica existente tanto en el interior como en el exterior de la iglesia, en la que también encontramos antecedentes visigodos, asturianos y mozárabes. En el interior se debe destacar una gran losa de piedra que estaba mostrando la cara posterior en el frente del altar y, a mediados del siglo pasado, fue puesta a la vista por su párroco. Está decorada con un gran círculo de 90cms de diámetro en el que hay inscrita una esvástica de 16 radios, rodeado por otras seis rosetas decoradas, todo ello de tipo visigodo o quizá anterior. Todo el conjunto de capiteles, de tipo corintio con dos o tres filas de hojas de acanto es claramente mozárabe, semejante a los de Mazote, aunque con collarines sogueados típicos del arte asturiano.
En el exterior, además de fijarnos en las ventanas, muy estrechas, terminadas en arco de herradura tallado en una piedra, con derrame interior, es interesante destacar la influencia visigoda en la decoración de los modillones – restaurados a finales del siglo XIX, a la vez que se construyó la torre exenta no existente en la iglesIa original -, formada por de 4 a 6 círculos en cada costado, en los que hay inscritas esvásticas y rosetas de seis ramas, y en la de los frisos que los soportan, que incluyen dibujos vegetales y geométricos que recuerdan a los de San Juan de Baños.
Conclusiones
Como resumen, Santa María de Lebeña es un monumento de visita obligada, no sólo por ser un edificio prerrománico de gran belleza e interés, sino también por tratarse de una de las obras en la que se puede analizar con mayor claridad la fusión entre los estilos visigodo, asturiano y mozárabe.
Otra información de interés
Forma de Acceso: Al salir de Santander, tomar la A-67 en dirección Burgos-Torrelavega; en Torrelavega tomar la A8, dirección Oviedo hasta la salida 272 hacia la N621 en dirección Panes-Potes; continuar unos 29kms hasta Cillorigo. Total 98,7kms.
Coordenadas GPS: 43° 12′ 55.9”N, 4° 35′ 25.5”W
Teléfono de Información: Obispado de Santander: 942.84.03.17
Horario de visitas: 10:00 a 13:30 y 16:00 a 19:30. Lunes cerrado (así como durante la celebración de los oficios religiosos). Visitas guiadas: Julio y Agosto (todos los días), Abril (Semana Santa), Junio y Septiembre (fines de semana) y Diciembre (puente de la Inmaculada y Navidades).
Tarifas: Se expende una entrada conjunta con Santa María de Piasca, para visitar ambos monumentos a un precio de 2€.
Bibliografía
Imagen del Arte Mozárabe; José Fernández Arenas
SUMMA ARTIS: Tomo VIII
L’Art Preroman Hispanique – L’Art Mozarabe: ZODIAQUE
Portales
La intervención en la arquitectura prerrománica asturiana
http://www.liebanaypicosdeeuropa.com/visita/lb1_3_3.htm
http://www.cantabriajoven.com/cillorigo/cillorigo.html
http://www.jdiezarnal.com/santamariadelebena.html