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NECRÓPOLIS PALEOCRISTIANA Y BASÍLICA DE SAN FRUCTUOSO

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Entorno histórico

Situada en el suburbio sur-oeste de la ciudad romana y en los terrenos de la antigua Fábrica de Tabaco, el descubrimiento (1923) y excavación de la necrópolis paleocristiana de Tarragona a inicios del siglo XX supuso, sin duda, uno de los hallazgos más significativos en la historia de la investigación dedicada al primer cristianismo en el Imperio Romano Occidental. Sólo los restos de la necrópolis paleocristiana de Carthago ocupan más extensión que los de la de Tarraco.

La importancia del yacimiento dentro del universo de la arqueología cristiana hispana radica no sólo en la propia necrópolis, sino también en identificación de una basílica funeraria relacionada con el culto al mártir Fructuoso y a sus diáconos Augurio y Eulogio, mártires locales que encontraron la muerte en el año 259 en el anfiteatro de la ciudad mediante la crematio.

Como semilla generadora de esta necrópolis, se puede considerar la presencia de una memoria en la que se custodiarían las ––o algunas de las–– reliquias de los mártires tarraconenses, con una cronología de uso aceptada por la arqueología que oscilaría entre los siglos III/IV y VI, y con un notable declive a partir de finales del siglo V, pues en el lugar dejan de realizarse inhumaciones a principios del siglo VI. No sería extraño que la supervivencia de la basílica, ahora ya sin nuevas sepulturas, se prolongara hasta la toma de la ciudad por los musulmanes, como han defendido varios autores. Sin embargo, tal vez deba ponerse en relación este declive funerario con el traslado de las reliquias a la nueva basílica del anfiteatro, datada precisamente a partir de la segunda mitad del siglo VI––, y desde donde sería más fácil evacuar las preciadas reliquias al interior de la ciudad en caso de peligro o ataque exterior. De todos modos, las inundaciones de las que era objeto la necrópolis (ubicada en las inmediaciones del río Francolí) acabarían por amortizarla. Por otro lado, la evolución de la investigación arqueológica ha ido demostrando la estrecha relación que esta basílica presenta con otra basílica cercana, la situada en el sector septentrional del río Francolí y conocida como ‘Basílica del Parque Central’, que analizamos en otra ficha.

Actualmente, parte de la necrópolis y los restos constructivos asociados a un importante lugar de culto cristiano son visitables y se extienden alrededor del mencionado edificio de la antigua Fábrica de Tabaco. Un pequeño centro de interpretación pone de relieve la historia del lugar y los hallazgos más destacados, y en él se exponen algunos de los sarcófagos paleocristianos originales.

Descripción


Formada por más de 2.000 enterramientos de inhumación, la extensa necrópolis cristiana, en parte asentada sobre una necrópolis pagana anterior, funcionó, como mínimo, hasta principios del siglo VI, expandiéndose ad sanctos alrededor de las reliquias los mártires tarraconenses. Se trata de un singular cementerio, con una variada tipología de loculi (tumbas de losas, de tegulae, en ánfora, etc.). El conjunto incluye la presencia de criptas, así como sarcófagos de importación ricamente decorados.


Los restos de la basílica corresponderían, básicamente, a la cimentación de la cabecera y a fragmentos de la pared Norte del edificio, pudiéndose identificar un templo orientado al Este, de tres naves separadas por columnas y ábside semicircular con un posible sacrarium. La longitud interior del edificio oscila entre los 38 y 39 m., y el ancho entre 18’5 y 19 m., siendo probablemente el pie romano la medida utilizada. También se excavó un muro en el lado oeste, que J. Serra Vilaró interpretó como un posible atrio o nártex, solución que las investigaciones actuales parecen descartar. La mayor parte de estas paredes, pintadas con fajas de diferentes colores, era de frágil consistencia, construidas con guijarros y fango. Parte de la pavimentación del conjunto era de mosaico, inicialmente datado a partir de mediados del siglo IV. Sin embargo, al documentarse por debajo otro pavimento de opus signinum ––el que contiene las laudas sepulcrales fechadas hasta los primeros años del siglo VI––, el pavimento musivo necesariamente debe situarse a partir de este momento. Por otro lado, en una cámara lateral ubicada al sur del ábside existe una estructura que J. Serra Vilaró consideró una piscina bautismal, interpretación que actualmente es discutida por algunos autores y aceptada por otros. También se ha propuesto que el denominado mausoleo n. 17 corresponda, en realidad, a un contraábside de la iglesia que contendría una tumba principal. J. López ha apuntado asimismo que la basílica tendría, en su lado sur, un patio cerrado por muros y un acceso monumental. El investigador apunta la posibilidad de que estas edificaciones, situadas al sur de la basílica, correspondan al cenobio fundado por el obispo Sergio, incluso plantea la posibilidad de que en el lugar hubiera una hospedería para peregrinos.


Los testimonios epigráficos apoyan claramente la existencia de un templo asociado a las reliquias de los mártires del anfiteatro. Así ocurre con la inscripción n. 321 del catálogo de J. Vives, y en la cual aparece el nombre fragmentado del obispo Fructuoso, seguido por la letra «A» ––CTVOSI A––. El texto se ha restituido añadiendo los nombres de los dos diáconos ––Augurio y Eulogio–– que acompañaron a Fructuoso durante su martirio. Interesa remarcar que este epígrafe hace ángulo por su parte superior con una cara moldurada, con señales de desgaste por fricción que parecen indicar que estamos ante un fragmento de altar, cimborio o transenna. Refuerza la esencia ad sanctos de este cementerio otra inscripción funeraria recogida en ICERV 209, donde aparece la fórmula in sedes sanctorum. La inscripción 294, sancta Christi sedes, perteneciente a la lauda sepulcral de un tal Óptimo, reforzaría la idea de que estamos ante un edificio consagrado a Dios.


A nivel artístico, los sarcófagos y laudas funerarias musivas recuperados constituyen uno de los conjuntos más notables de la Hispania cristiana bajo imperial, y algunos de ellos se pueden visitar in situ. Por otro lado, de entre los poquísimos objetos recuperados en el interior de las tumbas cristianas destaca una muñeca de marfil articulada que constituye una de las piezas más emblemáticas de la arqueología tarraconense.



Jordina Sales-Carbonell para URBS REGIA


Otra información de interés

Horarios y condiciones de visita

Enero, Febrero, Noviembre y Diciembre: Laborables de 9:30 a 13:30 y de 15 a 17:30h. // Festivos de 10 a 14h. Marzo, Abril, Mayo y Octubre: Laborables de 9:30 a 13:30 y de 15 a 18h. // Festivos de 10 a 14 h. Junio, Julio, Agosto y Septiembre: Laborables de 10:00 a 13:30 y de 16 a 20h. // Festivos de 10 a 14h

 

Bibliografía

-Serra Vilaró, J., 1929: Excavaciones en la necrópolis romano-cristiana de Tarragona, Ed. Tipografía de la Revista de Archivos, Madrid.
-Serra Vilaró, J., 1948: La necrópolis de San Fructuoso, Arzobispado de Tarragona, Tarragona.
-Del Amo Guinovart, M. D., 1979-89: Estudio crítico de la necrópolis paleocristiana de Tarragona, Tarragona, Excma. Diputació Provincial de Tarragona, Tarragona, 3 vols.
-López Vilar, J., 2006: Les basíliques paleocristianes del suburbi occidental de Tarraco. El temple septentrional i el complex martirial de Sant Fructuós, 2 vols. (Sèrie Documenta 4), Universitat Rovira i Virgili i Institut Català d’Arqueologia Clàssica, Tarragona.
-López Vilar, J., 2010: ”El santuari paleocristià dels sants màrtirs Fructuós, Auguri i Eulogi en el suburbi de Tàrraco”, Pau, Fructuós i el cristianisme primitiu a Tarragona (segles I-VIII), Fundació Privada Liber, Tarragona, 351-379.
-Sales Carbonell, J., 2012: “Basílica y Necrópolis Paleocristiana de Tarrraco”, Las Construcciones cristianas de la Tarraconensis durante la Antigüedad Tardía: Topografía, arqueología e historia, Edicions de la Universitat de Barcelona, Barcelona, 313-316.

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