BIBLIA HISPALENSE
Notas Previas
- Referencia: Biblioteca Nacional de Madrid, VITR/13/1.
- Otros nombres: Codex Toletanus.
- Dimensiones: 440 X 320mm.
- 375 folios de pergamino en letra visigótica a tres columnas con unas 63-65 líneas por página.
- Dos imágenes de personajes, cánones entre columnas con arcos de herradura, unciales coloreadas.
Entorno histórico
San Isidoro creó una gran biblioteca en el obispado de Sevilla, para la que consiguió la cesión y el préstamo de multitud de códices de monasterios españoles y extranjeros, muchos de ellos del norte de Africa, de donde habían venido comunidades cristianas huyendo de los vándalos y de la orodoxia del cristianismo oriental. Se trataba no solo de libros religiosos sino también clásicos y sobre cualquier área del saber en su tiempo, lo que se reflejaría en el conocimiento enciclopédico que encierra en sus Etimologías y en el resto de sus escritos, y para ello debió disponer de un importante scriptorium para copiar los que estaban en préstamo y para hacer múltiples copias de los libros escritos por el propio San Isidoro.
Posiblemente este scriptorium siguió existiendo durante la conquista árabe, manteniendo un cierto nivel de actividad según periodos por la variable situación de los mozárabes en Al-Andalus, con una producción en la que se conservan muchas características de la época visigoda, aunque también va absorbiendo influencias de la miniatura árabe. En este periodo el obispo Servando X solicitó la confección de una copia de la Vulgata que actualmente se conoce como Biblia Hispalense o Codex Toletanus por haber sido descubierto en la Biblioteca de la Catedral de Toledo.
Según consta en una nota de la página 375v Servando de Sevilla regaló el libro a su amigo el obispo de Córdoba, quien lo entregó en el año 988, a la iglesia de Santa María en Sevilla. Su datación está muy controvertida, ya que mientras algunos autores consideran que esa sería posiblemente la fecha de terminación del manuscrito, situando esta Biblia a finales del siglo X, C. Díaz considera que debería datarse en la primera parte de dicho siglo.
No sabemos cómo llegó esta Biblia a la Catedral de Toledo, donde a mediados del siglo XVIII Felipe Antonio Fernández Vallejo, entonces Maestrescuela en dicha Catedral, que llegó a ser obispo de Salamanca y Arzobispo de Santiago de Compostela, que entonces estaba encargado de la conclusión de un “Plan Literario” por orden de Fernando VI, informa que “Este inestimable códice se conoce haberse dispuesto para uso de la Iglesia de España por San Isidoro…”, lo que no parece posible al ser unos dos siglos posterior, pero si podría ser la copia de una Biblia de tiempos de San Isidoro. En 1869 la Biblia Hispalense llegó a la Biblioteca Nacional de España con otros materiales de la catedral de Toledo, donde aún se conserva en buen estado, aunque las primeras páginas están algo deterioradas.
Descripción
La Biblia Hispalense es un manuscrito de 375 folios de pergamino de 440 X 320 mm. compuesto por cuadernos de ocho hojas, escrito en letra minúscula visigoda a tres columnas de 63 a 65 líneas por al menos cuatro copistas. El texto está escrito en latín aunque hay títulos en hebreo y también aparecen notas marginales en árabe.
Es una de las biblias españolas más antiguas que han llegado hasta nosotros, ya que de las más conocidas solo es posterior a la de Tirreni. Contiene los textos del Antiguo y del Nuevo Testamento según una versión española de la Vulgata, cuyo original que podría haber sido obra de San Isidoro según informaba Fernández Vallejo en el siglo XVIII, que afirmaba que también incluye el Canon de Eusebio Cesariense para la concordia de los evangelistas, las Epístolas de San Pablo y los cánones de Prisciliano corregidos por el obispo Peregrino. Además contiene un prefacio y prólogos y comentarios de San Jerónimo, San Isidoro y otros. En las dos primeras páginas incluye un índice del contenido en formato de tabla y en las últimas se añade un fragmento de un glosario en latín de un códice diferente.
Su decoración se basa en mayúsculas del texto muy sencillas con una altura media de tres líneas, grandes títulos en mayúsculas en la separación de capítulos, con tintas de colores y con unciales decoradas también con vivos colores, algunas con aves y peces.
Contiene dos figuras humanas intercaladas en el texto y en el códice quedan muchas zonas en blanco, de la anchura de una columna, preparadas posiblemente para añadir miniaturas, lo que sólo se hizo en esos dos casos.
En el folio 278 encontramos los Cánones correspondientes a San Lucas y a San Juan, enmarcados entre columnas y capiteles cerrados por arcos de herradura de gran prolongación en los que destacan el toro de San Lucas y el águila de San Juan sobre el cruce de dos arcos inscritos que también se apoyan sobre una columnilla central. Ambos animales están reproducidos con gran realismo figurativo, mientras en el resto de la imagen es evidente la influencia del arte árabe tanto en la decoración vegetal de columnas, capiteles y arcos, de bello colorido en forma de flores y hojas, como en el gran derrame de los arcos. En otro folio presenta una relación de reyes también enmarcada por arcos de herradura sobre columnas y capiteles decorados, pero esta imagen no se coloreó.
En resumen, podemos considerar la Biblia Hispalense como la obra de un scriptorium visigodo en la que en la decoración y la forma de arcos y capiteles, así como en algunas unciales de los títulos de los capítulos existe ya una clara influencia del arte cordobés.
Portales
One thought on “BIBLIA HISPALENSE”
Deja un comentario
Muy Sres. míos: desde mi jubilación me he intresado mucho en la caligrafia mozárabe, y he tenido ocasion de transcribir diversos fragmentos y disfrutar inmensamente de la hermosa caligrafía de este codice. Y en el Salterio, en el Salmo 41, el conocidísimo “Sicut cervus desiderat ad fontes aquarum…” aparece una lectura totalmente diferente: “Sicut areola preparata ad inrigationes aquarum…” No he podido encontrar la fuente, ni en distintas versiones de la Vetus Latina, ni en la iuxta Hebraeos, ni en ninguna otra, y estoy intrigadisimo. ¿Podrían indicarme la fuente? Debe ser en mi opinión muy antigua… Disculpen mi ignorancia en estos ámbitos, no soy de Letras y en mi vida laboral he sido Catedratico de Veterinaria, pero siempre me han interesado las Humanidades y la lectura, transcripción y traducción de éstos magníficos codices me proprcionan tanto placer estetico como desafío intelectual, muy convenientes en esta fase de la vida.
Agradecido de antemano, reciban cordiales saludos de
Miguel Hermoso de Mendoza Salcedo, DVM, Ph.D.
Cáceres