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Descripción de maestros

Los iluminadores de los manuscritos de los siglos X y XI partían de una base cultural y artística muy profunda, que aportaba tanto el recuerdo de la cultura clásica tamizada por las diferentes culturas autóctonas, como todas las influencias germánicas, bizantinas, orientales y norteafricanas que habían convergido en el arte visigodo, además del gran impacto cultural que significó el califato de Córdoba en tiempos de Abd al-Rahman III y la información sobre el arte carolingio y la miniatura irlandesa que llegaba a través de las relaciones de la monarquía asturiana con el Imperio de Carlomagno y posteriormente por el Camino de Santiago. Todo ello dentro de un espíritu común, profundamente cristiano, pero en un entorno de amplia libertad creativa, que permitía a cada artista expresarse de acuerdo con su propia personalidad.

 

En esta página incluimos la relación de los más conocidos,  su historia, características de su estilo y sus manuscritos más importantes.

 

Gómez  Biblia de Cardeña

Scriptorium: San Pedro de Cardeña

Historia y características:
El monasterio de Cardeña fue reconstruido por orden de Alfonso III a finales del siglo IX, después de su destrucción unos años antes por los árabes, que además mataron a todos sus monjes.

A partir de su reconstrucción el monasterio se desarrolló muy rápidamente, tanto en propiedades como en número de monjes, hasta el punto de que en el año 921, en tiempos del abad Pedro, había en Cardeña 204 monjes. De la misma forma, su scriptorium adquirió un gran desarrollo desde principios del siglo X, produciendo gran cantidad de códices a lo largo de varios siglos.

De entre sus maestros destacó Gómez, autor de los Morales de San Gregorio y al que también se atribuye la Biblia Visigoda de Cardeña, por su semejanza con la anterior, aunque no se han conservado las últimas páginas, donde se incluía generalmente el nombre del autor.

Se trata de un copista de gran calidad, su letra es visigótica minúscula, de tamaño medio, clara, bien formada y uniforme. También es de calidad la decoración de sus iniciales mientras sus miniaturas recuerdan el estilo de La Biblia Sacra de León.

Obras Conservadas: Biblia Visigoda de Cardeña, 912? Morales de San Gregorio, 914.

Totmundo

Scriptorium: San Cipriano del Condado

Historia y características:
Aunque no parece probable que fuera su iluminador, incluimosAntifonario de León en nuestra relación de maestros de la miniatura mozárabe a Totmunto, ya que además de ser el copista principal, fue el responsable del trabajo del resto de los participantes en el desarrollo del Antifonario de León, según consta en la dedicatoria del propio manuscrito. Parece que este Totmundo podría identificarse con el Teomundo que llegó a ser Obispo de Salamanca hacia el año 960.

El Antifonario posee un interesante y bien conservado conjunto de ilustraciones, muchas de ellas sobre la vida de Jesús, de gran calidad, pintadas en colores muy definidos siempre sobre fondo blanco, en un estilo anterior y muy diferente al que inicia Magius en el Beato de San Miguel de Escalada, en el que las figuras están siempre sobre fundos fuertemente coloreados. Otro hecho a destacar es la utilización de iniciales con entrelazados nórdicos, posiblemente como influencia de la miniatura carolingia, ya que son semejantes a los existentes en códices miniados en Fulda y Saint-Gall. También encontramos la típica cruz de Oviedo en la primera página y alguna otra decoración de ascendencia asturiana, formada por retículas de círculos y cruces.

Pero en este códice lo más importante es la completa información que nos ofrece sobre la liturgia y el canto en la iglesia española desde la conversión de Recaredo hasta la obligada implantación de la liturgia gregoriana sustituyendo al rito tradicional español; todo ello utilizando una magnífica caligrafía y un sistema visigodo de notación musical en neumas sin pentagrama, que no ha podido ser descifrada hasta el momento.


Obras Conservadas:
Antifonario de León, 915?.


Juan Diácono

Scriptorium: Monasterio de Abellar


Historia y características:

Se trata del primer gran creador que conocemos de laBiblia Sacra de León miniatura llamada “mozárabe”, dotado de una originalidad y una capacidad de síntesis realmente excepcionales. Sus figuras impresionan por su libertad de expresión gráfica y cromática, por su maestría en la utilización de la contracurva y por su magnífica panoplia de colores, formando estructuras alveoladas semejantes a las de los esmaltes, así como una distribución en colores segmentados por las líneas, como si se tratase de distintas células de una joya, de gran efecto decorativo y vigor expresivo.

En su obra se observa de forma clara una utilización libre y con un gran sentido estético de todo un bagaje de conocimientos de las diferentes corrientes estilísticas que conformaban el entorno artístico de su época. Sobre una base de arte visigodo en la que se reconoce tanto la decoración de algunas pilastras del arte “áureo” toledano en la figura del Evangelista Matías y en otras escenas evangélicas, como una versión de la rueda de los vientos isidoriana en la que doce rostros rodean al sol o algunas arquerías decorativas separando las diferentes columnas del texto, englobadas dentro de otro gran arco al estilo de San Fructuoso de Montelios, se superponen elementos de otros estilos, como entrelazados anglosajones, la Cruz de Oviedo con el Alfa y el Omega, palmetas omeyas y otros detalles decorativos de clara influencia islámica.

El resultado final de la gran obra pictórica de Juan, iluminando un texto copiado por su compañero Vimara, es excepcional, tanto por su calidad, como su gran originalidad y su capacidad de síntesis que hacen pensar en un anuncio -o incluso en una posible inspiración, ver ficha de la Biblia Sacra de León- del arte abstracto con 1100 años de antelación.


Obras Conservadas:
Biblia Sacra de León, 920.

Magius

Scriptorium: San Salvador de Tábara

Historia y características:
Por todas las novedades, tanto estilísticasBeato de Escalada como de contenido, que incluye en su Beato de San Miguel de Escalada, el “archipictor” Magius está considerado como iniciador del segundo estilo pictórico de los Beatos, que fue continuado por Munnio en el mal llamado Beato de Tábara, por sus discípulos Emeterio y Ende en la finalización del último trabajo de Magius, por Senior en el de la Seo de Urgell y por Oveco en el Beato de Valcavado.

Magius introduce importantes cambios en el tipo de colorantes utilizados, sustituyendo las pinturas al agua habituales por colores ligados mediante nuevos elementos como huevo, miel o cola, sobre un fondo a menudo barnizado a la cera, que transfigura los colores naturales generando amplias veladuras y mejorando de forma significativa la calidad del conjunto, a la vez que ofrecen una gran armonía cromática a base de coloridos sutiles y un vivo refinamiento cromático mediante la yuxtaposición de tonos vivos en contraste. También modifica la situación y el espacio utilizado hasta entonces en los beatos; aparecen las miniaturas que ocupan doble página, algo muy raro en la versión ilustrada anterior.

Pero además aplica toda esta técnica en un nuevo espacio pictórico, dispuesto en bandas de espesor irregular con figuras sin perspectiva ni tercera dimensión, debido a su escaso interés en reflejar la realidad, generando un entorno espiritual, como en una especie de surrealismo religioso, totalmente adecuado para el mensaje que pretende transmitir el Beato en su Comentario del Apocalipsis.

En cuanto al contenido, se ha atribuido a Magius una serie de nuevas imágenes para “anunciar el juicio tremendo que espera al mundo y para gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu”, como él mismo nos explica en el colofón de la obra. Estas imágenes, que pasaron a formar parte de los beatos posteriores al de San Miguel de Escalada, incluyen entre otras los retratos de los Evangelistas, las tablas genealógicas inexistentes en los manuscritos de la rama I, el Arca de Noé dividida en varios pisos, las Siete Iglesias de Asia, la Aparición del Cordero a los Justos, escenas de los Apóstoles, el Cordero rodeado por el Tetramorfos y la Jerusalén Celestial con sus 12 puertas de arcos de herradura. Además se añade el Comentario ilustrado al Libro de Daniel.

Sabemos que Magius murió el 30 de octubre del año 968, cuando estaba trabajando en otro beato, que terminó Emeterio y del que sólo se han conservado las dos últimas páginas, añadidas al que ahora llamamos Beato de Tábara.

Obras Conservadas: Beato de Escalada, 945?.

Emeterio

 
Scriptorium: San Salvador de Tábara Beato de Tábara

Historia y características:
Resulta muy interesante seguir la trayectoria de Emeterio y Ende, que aparecen por primera vez en las dos últimas páginas del Beato de Tábara acabando, bajo la dirección del primero, un Beato comenzado por Magius del que sólo quedan esas dos páginas añadidas a dicho Beato, con el que se supone que no tienen otra relación. Sin embargo los volvemos a encontrar trabajando juntos en el Beato de Gerona, parece ser que también en San Salvador de Tábara, pero en este caso bajo la dirección de Ende, con la curiosa circunstancia de que estos dos Beatos son los primeros que representan la última versión pictórica – la IIb- que no volvió a ser reproducida hasta más de siglo y medio después.

Parece ser que Emeterio se formó desde muy joven en la escuela de pintura de Magius y cuando fue requerido para terminar el último trabajo de su maestro aún no había profesado, lo que hizo, según se puede deducir del distinto tratamiento que se da en el colofón de cada uno de esos códices, en el mismo Monasterio de Tábara entre 970 y 975 donde parece ser que siguió hasta su muerte.

Es difícil separar, dentro de las características de ambas obras, qué detalles de estilo pertenecen a Emeterio y cuáles corresponden a Ende, aunque si aceptamos que la primera obra la dirigió Emeterio y la segunda Ende, se puede considerar que el primero, que poseía una calidad indudable, respetó en gran medida el estilo de Magius, y después fue capaz de pasar a un estilo mucho más dinámico, demostrando una gran capacidad de adaptación y un gran sentido decorativo.


Obras Conservadas:
Beato de Tábara (fragmento), 970; Beato de Gerona, 975.


Ende

Scriptorium: San Salvador de Tábara

Historia y características:
Desde los tiempos de la proliferación de la vida Beato de Geronacenobítica en España, a partir al menos del siglo V, eran muy habituales las comunidades mixtas, algunas perfectamente documentadas, como San Frutos del Duratón entre otras muchas. También eran habituales durante la repoblación de las tierras al norte del Duero a partir de mediados del siglo IX, por lo que no es extraño que existieran monjas en sus scriptoria. Sin embargo, nos encontramos ante la única miniaturista femenina de la que nos han llegado noticias a lo largo de todo el arte altomedieval español.

Su nombre aparece ayudando a Emeterio a terminar el Beato que Magius había dejado inacabado a su muerte y, a continuación, como responsable de iluminar el Beato de Gerona, con la ayuda de Emeterio, parece ser que trabajando en ambos casos en el Monasterio de Tábara. Después de su referencia en el Beato de Gerona, no volvemos a tener noticias de Ende.

Se supone que es la responsable, no sólo de un cambio significativo respecto al estilo de Magius, de una mayor policromía y gran vigor en las formas, sino también del primer intento para sustituir el aspecto plano de la miniatura anterior, mediante una representación del volumen y un naturalismo incipientes, que parecen anunciar el arte románico.

También se le atribuyen unos amplios conocimientos de literatura sacra que le permitieron añadir nuevas imágenes no existentes en los beatos anteriores, como un amplio ciclo iconográfico dedicado a la vida de Cristo en el que se incluye una ‘Crucifixión’ que podría ser considerada casi como una imagen románica.

Obras Conservadas: Beato de Tábara (fragmento), 970; Beato de Gerona, 975.

Florencio

Scriptorium: San Pedro y Santo Tomás de Valeránica


Historia y características:

Florencio, que, según estima el padre Pérez de Urbel, Biblia Leonesa de San Isidorodebió nacer hacia el año 918, está considerado como uno de los más importantes miniaturistas de su época, que además de iluminar la magnífica Biblia Leonesa escrita por el copista Sancho, la casi desaparecida Biblia de Oña y cuatro códices extranjeros, fue el notario preferido por Fernán González y su hijo García Fernández, para los que escribió siete cartas de donación.

Florencio se caracteriza por la riqueza de colores de sus miniaturas, sobre fondo blanco a diferencia del estilo de Magius, con figuras de cuerpos y brazos alargados y cabezas pequeñas con grandes ojos, de órbitas muy blancas y pupilas negras muy destacadas. Sus imágenes, sintetizadas a base de trazos firmes y líneas muy marcadas, generando una gran sensación de movilidad, están situadas en espacios con muy pocas referencias de paisaje y que, cuando existen, se alejan de la realidad sin ningún interés en representar las escenas según están documentadas, como si sólo le interesara reflejar el espíritu de los personajes, obviando los detalles del entorno en el que se produjeron los hechos históricos a cuyo relato acompañan.

Sin embargo en las más de cien historias de su Biblia de San Isidoro nos ofrece una amplia visión de la sociedad hispánica de su época presentándonos, con una técnica muy depurada y unas imágenes de gran calidad, una completa información sobre la vestimenta y ajuares de la España cristiana del siglo X, incluidos atuendos civiles y de guerra, así como elementos de culto e imágenes de edificios religiosos y civiles.

Obras Conservadas: Biblia de Oña, 943 (de la que sólo quedan 12 folios); Moralia in Iob, 945; Comentario a los salmos de Casiodoro, 953 (Desaparecido); Homilías de Smaragdo de Saint-Mihiel, 954 a 960; Biblia Leonesa de San Isidoro, 960.

Monniu Beato de Tábara


Scriptorium:
Monasterio mozárabe leonés desconocido


Historia y características:

De él sólo se sabe que en los 166 folios de que consta la primera parte del Beato de Tábara participaron dos copistas y uno de ellos incluye su nombre: “Monniu presbiter scripsit”. No conocemos si pudo ser también el autor de las miniaturas o si serían obra de otros artistas.

Debido a las grandes mutilaciones que ha sufrido ese códice, del que sólo quedan doce de las más de cien miniaturas que contenía, sólo podemos saber de su autor que pertenecía a un monasterio de origen mozárabe, ya que en sus páginas se incluyen múltiples comentarios en árabe, y que se trataba de un artista de gran calidad que desarrolló su tarea en la fase de mayor apogeo de la miniatura mozárabe, ya que utilizaba los tipos de colorantes a base de colores ligados mediante nuevos elementos como huevo, miel o cola, sobre fondos a menudo barnizados a la cera que aparecen por primera vez en el Beato de Escalada, hasta el punto de que durante mucho tiempo se ha creído que todo el Beato de Tábara había sido obra de Magius, Emeterio y Ende.


Obras Conservadas:
Beato de Tábara, 970?.

Oveco

Scriptorium: Santa María de Valcavado Beato de Valcavado

Historia y características:

Según explica en el propio manuscrito, Oveco fue un monje del Monasterio de Valcavado que, a petición de su abad Sempronio, efectuó una copia completa y de gran calidad de los Comentarios al Apocalipsis de Beato de Liébana en sólo tres meses entre el 8 de junio del año 970 y el 8 de septiembre de ese mismo año, plazo sorprendentemente corto para un trabajo de esta categoría, ya que parece evidente que ha sido creado por una única mano.

Incluido en el estilo de la escuela leonesa iniciada por Magius, utiliza sobre un fondo a menudo barnizado a la cera, colores ligados mediante nuevos elementos como huevo, miel o cola, que generan colores naturales semejantes a los del Beato de Escalada, con amplias veladuras y una gran armonía cromática. También este miniaturista trata el espacio a base de bandas de espesor irregular y sus ilustraciones siguen en general la nueva tradición pictórica comenzada en el Beato de Escalada y mantienen las mismas influencias islámicas en la vestimenta y las actitudes de algunos personajes, aunque las miniaturas dejan traslucir la rapidez de su elaboración, reduciendo el dibujo a la línea que delimita las figuras, las imágenes denotan agilidad, pericia y un gran sentido estético en la utilización de los colores.

No se conoce ninguna otra obra de Oveco, que según Argáiz murió en Valcavado en loor de santidad y fue enterrado en un sepulcro de piedra.

Obras Conservadas: Beato de Valcavado, 970.
Beato de San Millán de la Cogolla

Albino

Scriptorium: San Millán de la Cogolla

Historia y características:
Albino es uno de los autores de la primera parte del Beato de San Millán de la Cogolla, desarrollada a finales del siglo X. En algunas de sus imágenes es evidente la influencia de las obras de Florencio, sobre todo de la Biblia de San Isidoro de León, que debieron conocer muy bien Albino y sus colaboradores.

En sus miniaturas, generalmente sobre fondo claro como las de Florencio pero de una calidad inferior, las figuras son poco estilizadas, de cuerpos más bien gruesos y formas planas, muy esquemáticas, con poca expresión y con un plegado muy plano de la indumentaria. Su estilo es sobrio, con una gama cromática en la que predominan las tonalidades frías a base de morados, verde y azul oscuros, amarillos y, en algunos casos, los rojos-naranjas.

Obras Conservadas: Beato de San Millán, 990.

Vigila

Scriptorium: San Martín de Albelda Códice Albeldense

Historia y características:
Conocemos a Vigila gracias a la referencia que él mismo incluyó en el colofón del Códice Albeldense, en el que consta que este manuscrito fue terminado en el año 976, después de dos años de trabajo, en el Monasterio de San Martín de Albelda (Rioja), por Vigila, su compañero Sarracino y su discípulo García, que además aparecen dibujados en el folio 428, junto a tres reyes visigodos -Chindasvinto, Recesvinto y Egica- y tres de sus sucesores en Navarra y León -Urraca, Sancho y Ramiro-.

Aunque no conozcamos otras obras de este miniaturista, su trabajo en este manuscrito tanto por la calidad de sus imágenes como por su originalidad y por el enorme trabajo que significó el desarrollo durante dos años de una obra de 429 páginas con 82 miniaturas, es suficiente para poder considerarlo como uno de los artistas más interesantes de su época.

Son muy significativas sus imágenes, habitualmente formadas por grupos de personajes estilizados, de manos grandes en movimiento, con cabezas pequeñas, todas semejantes, perfiles ovalados diseñados en un sólo trazo, ojos de pupilas redondas, siempre muy oscuras, y narices en un sólo trazo. Los ropajes están muy decorados, con una o dos plegados a base de líneas paralelas verticales. También es muy interesante el resto de decoración en las letras capitulares y mayúsculas del manuscrito, así como los detalles arquitectónicos, como columnas y arquerías. En su obra se pueden encontrar todo tipo de influencias artísticas, aunque siempre dominadas por la calidad y la personalidad de Vigila.

Obras Conservadas: Códice Albeldense, 990.

Belasco
Códice Emilianense
Scriptorium: San Millán de la Cogolla


Historia y características:

Según consta en uno de los últimos folios del Códice Emilianense, en el que se retratan los escribas e iluminadores que lo realizaron, incluyendo al pie de cada uno de ellos su nombre propio y oficio o profesión, Belasco fue el autor, junto al notario Sisebuto, de esta magnífica copia del Códice Albeldense, que se realizó en el monasterio de San Millán de la Cogolla entre los años 776 y 792.

En ella Belasco, aunque respeta la posición y la estructura de las imágenes de la obra original y en sus primeras páginas intenta mantener las características de su miniatura, pronto comienza a reflejar su propio estilo que, aunque en muchos aspectos, como el colorido y el dibujo de las caras, corresponde al tipo de miniatura habitual en el scriptorium de San Millán, en otros ofrece características propias de la personalidad del artista, como el tamaño desmesurado de los brazos y las manos o la gran riqueza decorativa, con una amplia utilización de los dorados, tanto en los personajes como en las letras capitales y los edificios.

El resultado de su trabajo, después de dieciséis años, es una obra de gran extensión y calidad, que en nada desmerece al original, aunque utilizando una técnica muy diferente, en la que las imágenes, además de una gran riqueza decorativa en la que se pueden encontrar entre otras influencias islámicas y carolingias, encontramos un mayor dinamismo y vitalidad.

Obras Conservadas: Códice Emilianense, 992.

Stefanus Garsia
Beato de Sain Sever
Scriptorium: Abadía de Saint Sever

Historia y características:
Se le reconoce como autor de la mayor parte del Beato de Saint Server, ya que dejó su firma en una columna de las “Genealogías” de dicha copia de los Comentarios, que es la única creada en Francia, y la primera cuya miniatura es ya claramente románica.

Su nombre indica que se trataba de un monje de origen español, posiblemente procedente de algún monasterio del sur de Pirineos que, dadas las magníficas relaciones entre los Duques de Gascuña y la monarquía de Navarra, fue enviado a la Abadía de Saint Sever para dirigir la confección de este excepcional manuscrito en tiempos del abad Gregorio de Muntaner (1028-1072).

Su obra, en la que participaron otros artistas, posiblemente monjes del propio scriptorium de esta abadía, es uno de los mejores exponentes de la miniatura altomedieval en el occidente europeo, hasta el punto de que sirvió para abrir nuevos caminos a la iconografía europea e influyó de forma significativa en la pintura y la escultura románica posteriores. En ella se distingue la parte desarrollada por Estefanus Garsia -aproximadamente el 65% del códice- porque utiliza letra visigótica, mientras que en el resto se utiliza la carolina, y por la gran calidad y capacidad creativa que demuestra en las imágenes, muchas de ellas modificadas, e incluso algunas nuevas, añadidas respecto a las versiones anteriores del Beato.


Obras Conservadas:
Beato de Saint Sever, hacia 1050.

Beato de Burgo de Osma
Martino

Scriptorium: Monasterio de Sahagún


Historia y características:

Según consta en el propio manuscrito, Martino fue el autor de las miniaturas del Beato del Burgo de Osma en el año 1086, siendo Pedro su copista. Sin embargo no se conoce el scriptorium de procedencia de este manuscrito, considerándose como probable que fuera un monasterio cluniacense de León o Castilla. Según B. P. Shailor y J. Willians no hay duda de que es una obra del monaterio de Sahagún.

Se trata del primer Beato español que se puede considerar como plenamente románico y el último que se escribió en letra visigótica. En él la indumentaria de los personajes corresponde a la habitual en la España cristiana del siglo XI y los pliegues de los ropajes pierden abstracción ofreciendo un mayor realismo y sensación de movimiento. El dibujo es de gran calidad, de líneas elegantes


Obras Conservadas:
Beato del Burgo de Osma, 1086. 

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