COLEGIATA DE SAN MARTÍN DE ELINES
Thanks:
A Maite Martínez y José Manuel García-Maestro, colaboradores del blog Pre-románico: cántabro-astur, que nos han proporcionado la información y a Javier Pelaz que ha aportado las fotografías que se utilizan es esta ficha.
Historic environment
En el frondoso valle de Valderredible por donde discurre el Ebro y en su extremo más oriental encontramos la más antigua colegiata Románica de Cantabria, rodeada de un silencioso valle verde, autentico remanso de paz.
La zona de mayor densidad de iglesias románicas, corresponde a la zona de Campoo y Valderredible que junto con el norte de Palencia y Burgos forman uno de los núcleos de aglomeración de monumentos más relevantes de Europa. La colegiata de San Martin de Elines es desde 1931 monumento Histórico Artístico Nacional y junto con la de Santillana, Cervatos y Castañeda, el mejor exponente del Románico en Cantabria.
En el s.X, de la Alta Edad Media, la zona ya era conocida como Val de Ripa Hibre, en castellano antiguo, Valle a orilla del rio Ebro, de donde deriva su nombre actual y nos indica que toda la zona está unida al rio Ebro y a sus posibilidades de comunicación.
No existiendo Cartulario (Copia de seguridad de la época), ni documentación propia conservada, es muy difícil conocer su historia y la de toda la comarca donde ejerció su dominio. Pero el propósito al exponer el devenir histórico de la colegiata, es averiguar los hechos y
procesos que ocurrieron y se desarrollaron en el pasado e interpretarlos. Los vestigios más antiguos del valle son los grabados y pinturas rupestres (esquemático-abstractas) del pueblo de Ruanales en el término de Cuvular y que pertenecen a la edad del Bronce.
Durante la Edad del Hierro se consolida el pueblo de los cántabros, que eran los habitantes de Cant-Iber (las montañas del Ebro) y vivían en los actuales valles de Campóo y Valderredible, y perviven hasta después de la Romanización, que en estas tierras es tardía y limitada, aunque hubo asentamientos. Podemos citar la quinta tardo-romana del s.IV de la era cristiana que se descubrió debajo de la necrópolis medieval de Santa María de Hito.
Pero el dominio
efectivo del territorio cántabro por parte de Roma se manifestó en la construcción de una serie de vías (calzadas y puertos), que pusieron en contacto a todo el territorio con el resto de la península y el Imperio. Tras la caída del Imperio Romano, las invasiones de alanos, vándalos y suevos pasaron por estas tierras cántabras, pero no dejaron testimonios de importancia.
Es la monarquía visigótica quien introducirá cambios políticos, pues en el siglo VI, como predijo san Millán, el rey Leovigildo conquista Amaya, capital de los cántabros y enclavada en peña Amaya, en el noroeste de la provincia de Burgos. Poco después se constituye el ducado de Cantabria (rey Ervigio(680-687), si bien, aparece documentado en el año 883 en la crónica Albeldense o Emilianense al hablar de Alfonso I como hijo del duque Pedro de Cantabria. Así, el antiguo territorio de la Cantabria Romana, con pequeñas diferencias en sus límites conformó el Ducado de Cantabria.
La invasión musulmana en el 711 provocó el descalabro de la monarquía visigoda. El duque Pedro, según todas las crónicas, fue el caudillo principal de Cantabria y bajo su suprema autoridad debieron unirse los diferentes clanes que contienen, por el sur del territorio, los ataques de los moros.
La invasión fue detenida tras las batallas de Covadonga y Cosgaya (cortando la retirada a los moros fugitivos de Covadonga) con el caudillo Pelayo y el duque Pedro como cabecillas, con lo que Cantabria se convierte en uno de los pilares de la reconquista y tras el matrimonio de Ermesinda, hija de Pelayo, y Alfonso, hijo del duque Pedro y designado rey como Alfonso I el católico, en el origen de la monarquía actual.
Entre los siglos VIII y XII había en los reinos del norte una economía familiar basada en el trigo y la oveja. Así, la Reconquista, que se inicia en esas montañas, son expediciones que emprenden los reyes asturianos, leoneses y castellanos contra los musulmanes y que tenían una doble finalidad económica y política: intentaban proteger los caminos y los pastos del ganado y llevar hombres y dinero hacia el norte, de lo que estaban tan necesitados.
Se desarrolla en los primeros siglos, un arte de repoblación, con la llegada de cristianos procedentes de tierras conquistadas por el Islam, que se establecieron en asentamientos provisionales y precarios, utilizando las cuevas y convirtiéndolas en lugares de culto.
En un primer momento fabrican sus iglesias excavándolas en las rocas areniscas para aprovechar el mimetismo de las mismas con el paisaje, evitando que pudieran ser destruidas o quemadas. De esta manera, nos encontramos, hoy en día, unos interesantes lugares de culto, las iglesias rupestres escavadas en la roca, que servían de ermitas o primitivos cenobios: Arroyuelos, Santa María de Valverde, Cadalso…
En el siglo X este valle debía estar bastante poblado a juzgar por la abundancia de núcleos de población, ermitas rupestres, enterramientos excavados en la roca y restos cerámicos encontrados. Otras iglesias representativas de la arquitectura de repoblación son las construidas en torno al s.X, que presentan claras influencias del arte islámico unido al asturiano, visigodo y carolingio y de las que han llegado hasta nuestros días un porcentaje mínimo de lo que debió ser
El descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Galicia atrajo peregrinaciones y tuvo una creciente popularidad en parte, también, por la estrecha relación con la reconquista de la España musulmana. Los peregrinos llegaban a Compostela a través de Francia, siguiendo itinerarios que les permitían ver otras famosas reliquias, como el cuerpo de San Martín en Tours o el de San Remigio en Reims.
La situación histórica de la región durante los siglos XI, XII, XII en los que el románico nace y evoluciona y los distintos poderes que se entremezclan y conviven: rey, nobleza, monasterios, concejos, hacen muy variables y diversos los distintos monumentos que nos encontramos, pese a la unidad existente en la utilización de procedimientos arquitectónicos y decorativos, ya que la circulación de monjes, peregrinos, cruzados, artesanos y arquitectos contribuyó a la difusión de las técnicas, estilos y simbologías cuyo denominador común era siempre la fe cristiana.
El arte románico se desarrolla preferentemente en las iglesias rurales (gracias a que los concejos están muy establecidos en estas tierras) y en los monasterios. En los reinos de España al llegar el siglo XII se produjo una importante trasformación con la aparición de la burguesía urbana y Castilla se convierte en el principal exportador de lana y el país Vasco y Cantabria en sus puertos más internacionales. Esto supuso más riqueza para toda la zona.
En el siglo XIV el rey, Alfonso XI, concedió a su hijo natural, Tello Alfonso de Castilla, los realengos de las merindades de Aguilar que habían tenido su difunto hermano, Pedro de Aguilar y Liébana y que abarcaban territorios de la provincia de Cantabria, Palencia y Burgos, cediéndole también la colegiata de Castañeda.
Tello Alfonso (1337-1370)
es el primer señor de Aguilar de Campoo y Lara y de éste por herencia les llega a la familia Manrique (marqueses de Aguilar de Campoo). Y no es descabellado suponer que también le cediera su padre o su hermano el rey, Enrique de Trastamara, otras colegiatas y dominios como San Martin de Elines o quizás fueran los Reyes Católicos quienes la cediera a sus descendientes cuando les conceden el titulo de marqueses de Aguilar.
En el siglo XVI está en manos del III marques de Aguilar, Juan Fernández Manrique, embajador de Carlos V en la Santa Sede y personaje importante de su corte, que fue virrey de Cataluña y era patrón y mecenas de San Martín de Elines y de otras colegiatas.
En 1541, el marqués suprime las colegiatas de Castañeda, de San Martin de Elines y otras, empobreciéndolas en beneficio de una de nueva creación en Aguilar de Campoo (hoy parroquia de San Miguel) por donde pasaba el Camino de Santiago Francés. ¿Por qué lo hizo? Quizá influyera en él querer favorecer la villa que daba nombre a su marquesado, y no nos olvidemos de las económicas.
La Peste Negra se cebó en el país a mediados del s.XIV y produjo una gravísima depresión hasta el siglo XV. A partir de entonces la población fue recuperándose alcanzando un notable aumento en el s. XVI y el incremento afectó sobre todo a ciudades castellanas y andaluzas que son las que participan en el descubrimiento de América.
Por otra parte, el eje del comercio y exportación de la lana que había hasta entonces: Medina – los Puertos Vascos y Cántabros – Amberes; fue sustituido por el de Barcelona – Génova, lo que significó la ruina de muchas ciudades de Castilla la Vieja y Cantabria y dejó el valle de Valderredible lejos de las principales vías de poder económico y, por tanto, de la riqueza.
Description
La colegiata de San Martin de Elines debió de ser un monasterio que ya ejercía su misión durante el siglo X, época de los restos mozárabes encontrados y quizás se fundaría con la llegada de unos monjes peregrinos que trajeron una imagen de San Martin de Tours y levantaron una ermita de estilo mozárabe o de repoblación, pues los artesanos constructores venían de tierras más al sur y que con el tiempo se convirtió en un cenobio protegido por los concejos, la nobleza local o los reyes.
La iglesia románica de San Martín de Elines, que se conserva en su totalidad, es un edificio que se levanta al hundirse el viejo monasterio mozárabe en 1102 tal como nos dice el documento que Fray Francisco de Berganza (1663-1738) copia en su historia del monasterio de Cardeña: Era de CXL ruita ecclesia Santi Martini de Helines.
Los años en que comienza la construcción del nuevo monasterio corresponden con los últimos años de reinado de Alfonso VI y continúa en el reinado de su hija, la reina, doña Urraca. Y será un monasterio benedictino. Se levanta, por tanto, en el siglo XII un monasterio benedictino del que solo ha sobrevivido la iglesia y que fue importante y tuvo una gran influencia espiritual, cultural y económica y seguramente recibió donaciones de la nobleza y los reyes.
En este monasterio, según apuntó en 1920 Miguel Artigas, se escribió el libro ‘La miseria del omme’ a finales del s. XIII, por un monje anónimo. Este es un poema castellano del Mester de Clerecía y uno de los pocos conservados escritos en cuaderna vía y del cual existe un único ejemplar perteneciente a la biblioteca Menéndez y Pelayo.
Algo debió suceder para que en el s XIII los monjes benedictinos abandonaran el monasterio igual que sucedió en las otras colegiatas de Cantabria. ¿Qué sucedió? Pudiera ser que alguna parte del edificio se derrumbara o quizás influyera que la Reconquista se desplazara más al sur y la misión de estos monjes repoblar y cristianizar les llevó hacia los nuevos territorios ganados al Islam. Igualmente, pudo influir que conforme los territorios del sur recuperan la paz, el camino de Santiago por el norte cedió poco a poco protagonismo y durante siglos apenas fue utilizado
Cualquiera que fuera la causa, el hecho es que abandonan el lugar y poco después lo ocupa la orden de los Canónigos Agustinos
regulares y empieza a funcionar como colegiata(1). A partir de ese momento la decadencia es progresiva,
a pesar de que los canónigos cumplen con su cometido.
En cuanto a su arquitectura, respecto a los elementos exteriores:
a) El ábside:
El ábside semicircular -de considerable altura- está dividido en tres calles. En los contrafuertes existentes en la parte inferior se apoyan las columnas exentas que, acabando en capiteles a la altura de los canecillos existentes debajo de la cornisa, delimitan el espacio de cada calle. En medio de éstas se abren elegantes ventanales.
La peculiaridad de este ábside es que se añadieron columnitas a los lados de las columnas exentas citadas para recoger los arcos naturales, que se desarrollan en cada calle, envolviendo a las mencionadas ventanas. Son arcos ciegos de medio punto con guardapolvo, decorados con flores octopétalas, que apoyan sobre cimacios, de forma de billete, sostenidos por capiteles con cestas de diverso motivos. El fuste de cada columna se inicia, al igual que las columnas exentas, en el contrafuerte inferior. Este juego de líneas curvas (arcos y ventanas) y rectas (fustes columnarios) imprimen un estético y sugestivo ritmo al ábside. La cornisa se sustenta en numerosos canecillos iconográficos.
b) El presbiterio;
En su parte sur se adelanta sobre le ábside iniciándose en un gran contrafuerte prismático en el que se sustenta el muro de sillería uniforme, en el que está abierto un vano. En la parte opuesta, el contrafuerte, que le separa del ábside, llega desde el arranque hasta la cornisa. En todo el tramo la cornisa también se sustenta con canecillos iconográficos.
c) La linterna:
Sobresale en gran manera sobre la cubierta de la nave y el ábside. Toda de sillería con un óculo abierto en el muro del este. Contiene, en su interior, la cúpula de la iglesia. En la parte sur, existe un contrafuerte, que arrancando desde el suelo, llega a alcanzar las tres cuartas partes de la altura de la linterna. Está coronada por una cornisa sostenida por canecillos iconográficos de variados temas.
d) La torre cilíndrica:
Recuerda a las torres de San Martín de Frósmita. Situda entre el muro de la nave y el presbiterio. Construida de sillería como torre de campanas, encierra una escalera de caracol a cuyo interior accede la luz por tres ventanas aspilleras. La parte superior fue renovada o construida en el siglo XVI.
e) El muro sur:
Conformado por sillería muy regular y bien trabajada. Entre los contrafuertes, que no llegan a la cornisa, existen dos vanos de forma de aspillera con arco de medio punto. La cornisa se sustenta sobre una veintena de canecillos con representaciones iconográficas variadas.
f) El muro oeste:
De sillería regular se deja ver desde el exterior una vez superada la altura de la cubierta del claustro. Tiene un vano que permite la entrada de la luz en la nave. En él se sitúa la única puerta de acceso a la iglesia.
g) El muro norte:
Ocupado en parte por la sacristía, a la que se accede interiormente desde el primer tramo de la nave.
h) El claustro:
Tiene forma trapezoidal y se encuentra en el suroeste de la iglesia. La cubierta se sostiene por gruesas columnas. Construido por material reutilizado, data del siglo XVI. En el mismo se conservan las ventanas de la primitiva
iglesia mozárabe del siglo X, así como un arco de la misma época, sito en el muro del claustro que da al cementerio. Destaca dentro del claustro el arcosolio de estilo gótico que guarda el sepulcro del “caballero peregrino”.
i) Puerta de acceso:
En el muro oeste se encuentra la única puerta que da acceso a la iglesia desde el claustro actual. Está formada por un arco de medio punto con dos arquivoltas de baquetones, apoyadas en columnas con capiteles con motivos vegetales. El guardapolvo de media caña envuelve a las arquivoltas. Extraña su sencillez lo que semeja a las de otras iglesias de la región como la Colegiata de Catañeda, la iglesia de Silió o la misma Colegiara de Santillana en la que las arquivoltas son sencillos baquetones.
En cuanto al interior, la monumentalidad de la iglesia se acrecienta al ver la altura de la única nave con cubierta de madera. Consta de: cabecera con ábside, presbiterio y una nave de dos tramos.
La cabecera está configurada por dos tramos plenamente configurados. Un ábside con bóveda de cuarto de esfera y un presbiterio cubierto con bóveda de medio cañón.
El tambor absidal pierde anchura respecto al presbiterio al reforzarse el grosor de sus paredes, para aguantar el mayor peso de la bóveda que sustentan.
La diferencia de grosor entre el presbiterio y el ábside se percibe desde el arranque , en forma de pilar de arista que comienza con mayor grosos hasta alcanzar la altura de los cimacios de las arcadas contiguas y llega hasta la línea de imposta, que delimita la bóveda, momento en el que desarrolla un arco fajón, que envuelve al otro arco formado por el desarrollo vertical del ábside.
La bóveda y el tambor absidal se delimitan por una línea de imposta formada por palmetas que se prolongan en la zona del presbiterio, cumpliendo el mismo fin de diferenciación de espacios.
a) El ábside: está conformado por dos pisos de arquería de medio punto sobre columnas rematadas con capiteles. El piso inferior consta de cuatro arcos ciegos, contando con cinco el piso superior, tres de ellos con vanos para el paso de la luz. Las columnas de la arcada inferior son sensiblemente más gruesas que las de la arcada superior. Se decora la zona alta de la arcada inferior con una imposta de taqueado que se prolonga por el presbiterio.
b) El presbiterio: Consta de doble arquería en la parte inferior sustentada sobre columnas con cimacios y capiteles que arrancan sobre fustes cilíndricos, del mismo grosor que los del ábside, excepto en el del centro, que perdió el fuste original. La parte superior contiene un vano para el paso de la luz . En la parte norte se ubica un arco de medio punto sustentado sobre columnas con cimacio, capitel y fuste.
c) El primer tramo de la nave: Conforma un falso crucero que contiene una soberbia cúpula que carga sobre pechinas, las cuales conforman cuatro arcos torales de medio punto sustentados sobre cuatro grandes columnas entregas semicilíndricas, coronadas por cuatro capiteles de gran tamaño. Los dos arcos torales son ciegos existiendo , en la parte norte, una puerta de entrada a la sacristía y un arco de medio punto sustentado sobre columnas con cimacio, capitel y fuste. Los otros dos arcos torales, longitudinales, se incardinan en la nave, constituyendo, el delantero, la separación del presbiterio y la nave, mientras que el otro separa los dos tramos de la nave.
d) El segundo tramo de la nave: Es rectangular y en su muro oeste se encuentra la única puerta de acceso.
Conclusions
La colegiata de San Martin de Elines ha estado olvidada durante cuatrocientos años, su ultimo abad fue el primero de la de Aguilar de Campóo. A pesar de todo, la Colegiata siguió regida por párrocos hasta 1892.
Ahora es parroquia del pueblo y sigue con el cometido que tuvo siendo monasterio benedictino: lugar sagrado para el culto de una comunidad cristiana.
Durante todo el tiempo que estuvo relegada e ignorada su edificio se resintió de ello, pero para su bien tampoco sufrió alteraciones importantes. Con su descubrimiento como joya del Románico, esperemos que su historia abarque muchos siglos más.
Other interesting information
Bibliography
- J. Vicens Vives, “Historia económica de España”, 1972.
- Bertín López Gutierrez, “La Colegiata de San Martín de Elines”.
- Joise Ramón Sáiz, “El Ducado de Cantabria”. 2ª ed. 2002.
- Valentín Vázquez de Prada. “Historia Económica Mundial”.
- Mary Hollingsworth, “El arte en la historia del hombre”, 1991
- Arte en Cantabria: “Guía de recursos culturales”.
- García Guinea, M.A. ‘El románico en Cantabria’, Estvdio. Santander.
Portals
Webgrafia: Vaderredible, Arteguias
(1) Las colegiatas son iglesias colegiales, que sin ser sede de obispo tienen abad, canónigos y liturgia catedralicia.