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En el año 410 Alarico saquea Roma, lo que puede considerarse como la fecha origen de la Monarquía Visigoda, mientras otros pueblos bárbaros invaden la Península Ibérica. Ambos hechos serían el comienzo de una época en la que se desarrolló en España una cultura autóctona, no común con la del resto de la Europa occidental, durante los seis siglos que van desde el V al XI es decir, entre una cultura europea de conquista – la romana – y una cultura europea de fusión – la románica -.

 

Nuestro objetivo  es dar a conocer la Historia y la Cultura españolas de ese periodo, tan poco conocido, y ofrecer a las personas interesadas la información necesaria para visitar sus monumentos.

 

INTRODUCCIÓN

 

 

 

A principios del siglo V, en plena descomposición del Imperio Romano, cuatro pueblos bárbaros – alanos, vándalos asdingos, vándalos silingos y suevos – atraviesan parte de Europa y se instalan en la península ibérica repartiéndose las provincias romanas en ella establecidas.

En la misma época los visigodos, después de haber recorrido toda Europa desde Escandinavia hasta el mar Negro y desde allí hasta las Galias, invadiendo tres veces Italia en su camino, en la última de las cuales llegaron a saquear Roma, se establecen en el sur de Francia creando el Reino Visigodo de Tolosa.

Estas dos circunstancias, unidas por el acuerdo firmado en el año 418 entre el primer Plano de las invasiones de pueblos bárbaros en Españarey tolosano visigodo Walia y el emperador romano Constancio para que los visigodos se encargaran de recuperar para el Imperio las provincias hispánicas, resultaron absolutamente fundamentales para la historia de España e influyeron decisivamente tanto en las posteriores estructuras sociales y políticas como en la cultura y el arte que se desarrollarían a partir de entonces en nuestra península.

Dado que la ocupación por parte de los pueblos bárbaros se efectuaba sin modificar las estructuras sociales profundamente arraigadas en el país durante la época imperial, ya que el número de los invasores era muy inferior al de la población hispano-romana y se limitaba inicialmente a crear una oligarquía militar, el estado hispano-visigodo que se desarrolló durante tres siglos en nuestra península tuvo como influencia cultural básica la cristiano-romana. Posteriormente esta fue variando ajustándose tanto a las características propias del país como al carácter del pueblo visigodo y a posteriores influencias exteriores como la bizantina y algunas culturas cristianas como la copta, casi independiente, y la que se desarrolló en Siria y se extendió hasta nuestra península a través de todo el norte de África. A partir del siglo VIII fue fundamental la enorme aportación de la cultura islámica en el desarrollo de los pueblos cristianos que fueron apareciendo en el norte y noroeste de la península dA su llegada a España los visigodos se encontraron con una sociedad que había sido capaz de construir obras tan magníficas como el teatro de Méridaespués de la rápida destrucción del reino visigodo y como continuación de éste y, en menor grado, la del Imperio Carolingio, principalmente en Pirineos y Cataluña.

Este proceso de desarrollo de una cultura autóctona, quizá la única época de la historia en la que en España se ha desarrollado una cultura propia, no común con la del resto de la Europa occidental, durante los seis siglos que van desde el V al X es decir, entre una cultura europea de conquista – la romana – y una cultura europea de fusión – la románica -, que de una forma general podríamos denominar como prerrománico español, ha dejado toda una serie de joyas artísticas, algunas magníficamente conservadas, a través de las cuales nos proponemos seguir paso a paso todo el proceso -tan poco conocido- que lleva desde las construcciones romanas clásicas hasta las aportaciones del arte peninsular al románico europeo, claramente visibles en monumentos tan significativos como San Pedro de Roda y toda la escultura románica procedente de los talleres mozárabes existentes en el pirineo catalán a principios del siglo XI.

DEL ARTE ROMANO AL ROMÁNICO

 

 

A lo largo de este amplio periodo se fueron sucediendo una serie de acontecimientos históricos que evidentemente condicionaron el desarrollo artístico y cultural en España y generaron en él varias fases muy diferenciadas desde el punto de vista histórico pero no tanto desde el artístico. Debido a la falta de información histórica fiable sobre una parte importante de los restos que han llegado hasta nosotros, en algunos casos resulta muy difícil definir la fase a la que pertenece un monumento de esta época. Pensamos que esto es debido a que nos encontramos en un momento de gran eclecticismo en el arte, en el que se iban incorporando, sin normas previas de ningún tipo, las diversas corrientes e influencias que iban apareciendo. Posiblemente éste ha sido el periodo de mayor libertad, desde el punto de vista artístico, que ha habido en la Historia de España por lo que sólo analizando las características sociales, religiosas y políticas existentes en nuestro país entre el siglo III, aún de dominación romana y el siglo XII en el que ya se ha extendido por toda la península la reforma benedictina, y comparándolas con el arte de cada fase, podremos explicarnos el complicado panorama del arte prerrománico español.

 

    • Última fase de dominación romana. Se trata de una época en la que existe una sociedad bien Basílica de Carranque. Paleocristiano S IVestructurada, uniforme en las zonas que nos interesan desde el punto de vista del desarrollo cultural, con unas formas de vida y por lo tanto de edificación y de culto, muy definidas y aceptadas. Desarrolla por lo tanto formas de arte homogéneas para necesidades tanto sociales como religiosas muy estabilizadas.

      Las características principales de los restos que han llegado hasta nosotros corresponden a villas y basílicas de estructura semejante, cubiertas en madera, y a otros tipos de construcción como mausoleos o baños abovedados, todos ellos con elementos decorativos que siguen, con mayor o menor acierto, las normas clásicas. Se trata de un periodo que podríamos considerar de cultura impuesta y muy normalizada y por lo tanto su expresión artística y las estructuras que la soportan cumplen con unas reglas previamente definidas y son perfectamente identificables.

 

  • Monarquía visigoda. Sobre la estructura social anterior se superpone un pueblo trashumante, con una cultura muy inferior y sin experiencia constructiva, pero en franca expansión y con una forma de expresión artística, concentrada básicamente en efectos personales, muy definida y totalmente distinta a la romana, una religión diferente y, sobre todo, una forma de culto de tipo oriental claramente diferenciado respecto al hispano-romano, lo que obligará a ir modificando la forma de sus iglesias, desde la basílica tradicional romana a diferentes plantas con cabeceras mucho más complejas.

    En San Pedro de la Nave. Visigodo S VIIeste periodo aparecen en España otra serie de corrientes, entre ellas la norteafricana y la bizantina, con formas de expresión específicas y, aunque cristianas, también ambas de tipo oriental, así como la influencia de la Rávena de Teodorico y Gala Placidia, que junto a la tradición paleocristiana preexistente, irán siendo asimiladas por el pueblo dominante pero de cultura inferior, lo que configurará una cultura nueva, resultado de la fusión de tan múltiples influencias, pero que antes de llegar a su madurez es yugulada por la invasión árabe.

    Por todo ello es casi imposible encontrar normas de diseño ni de creación artística en esta fase. Sin ninguna regla previa se van superponiendo las diversas aportaciones, creando un tipo de cultura, y por lo tanto de arte, que va sedimentando las diferentes aportaciones de acuerdo con la idiosincrasia de la sociedad que en paralelo se va conformado. El resultado es una cultura profundamente ecléctica que va buscando su propia identidad a base de mezclar de una forma libre las distintas aportaciones de cada uno de los elementos que la conforman. El problema es que, debido a la invasión árabe, no tuvieron tiempo para acabar de definir sus líneas maestras, aunque sí hemos podido analizar el camino recorrido.

    En arquitectura, su elemento diferenciador es el arco de herradura, pero no existe un tipo definido de iglesia. Nos han llegado edificios diferentes según su fecha de construcción, el entorno en que se construye y las influencias dominantes en esa fecha y zona, pero en todas encontramos un condicionante que seguirá existiendo en el arte asturiano y en el mozárabe: sea cual sea la forma de una iglesia, es obligada la separación entre la zona de oficiantes, la del clero y la de los fieles. Este condicionante desaparecerá en el siglo XI cuando se prohíbe el rito mal llamado “Mozárabe”, al imponerse la reforma benedictina en España.

    La escultura está claramente definida por el tipo de decoración utilizada por los godos aunque con otras influencias, generalmente orientales.

    En cuanto a literatura y miniatura, se continúa la tradición cristiana hispano romana.

    Con la conquista árabe, este proceso de desarrollo de un arte autóctono español fue frenado aunque conservó la mayor parte de sus características entre los mozárabes.

 

 

  • Arte Prerrománico Asturiano. Sobre este periodo, en el que sin que conozcamos los motivos desaparece el arco de herradura, es interesante destacar que, excepto en el San Salvador de Valdedios S. Xperiodo inicial y en el caso especial de las tres construcciones ramirenses, se vuelve a un arte normalizado, con un diseño básico a seguir, más o menos fielmente según los casos, en todas las construcciones. En efecto, en las iglesias se observa una estructura común consistente en una planta basilical de tres naves con cubierta plana de madera, tres ábsides cuadrados cubiertos por bóveda de cañón y, en algún caso, una nave de crucero muy diferenciada. Evidentemente esta normalización, que quizá estuvo inspirada en alguna basílica romana o paleocristiana conservada en la zona después de la conquista árabe, fue diseñada por los monarcas asturianos, que fueron los grandes promotores de las edificaciones de esta época y significa un cambio muy brusco respecto a la libertad de formas existentes en el periodo anterior.

    Pero posiblemente debido a la rigidez del modelo y también a la pobreza de su decoración esculpida, excepto en el caso especial del periodo ramirense que no tuvo antecedentes ni continuación, el arte asturiano comenzó pronto a ser penetrado por el renacimiento visigodo aportado por los mozárabes y, casi de inmediato esa tendencia a la normalización fue sustituida por una nueva fase liberalizadora y ecléctica en la que se vuelven a utilizar todos los elementos arquitectónicos y decorativos conocidos en construcciones de muy diferentes estructuras. En este punto es interesante destacar que aunque el arte asturiano fue prácticamente ignorado por los constructores mozárabes, volveremos a encontrar sus características más importantes en el arte románico de toda Europa. No en vano, de entre los tipos de arte que encontramos en España entre los siglos IV y XI es el único que siempre se define como “Prerrománico”.

 

 

  • Lo mozárabe como “Neovisigodo”:

    A partir de la segunda mitad del siglo IX se generaron las condiciones adecuadas – problemas para los cristianos en las zonas dominadas por los árabes y comienzo de una importante expansión Santa María de Melque. ¿Visigoda o neovisigoda?de los distintos territorios cristianos -, para promover la emigración hacia éstos de amplios grupos de mozárabes que se integraron sin problemas en cualquiera de ellos ya que, debido al interés con que habían conservado su cultura anterior a la dominación árabe y a que en los reinos cristianos, ocupados en tareas de supervivencia y reconquista, se había mantenido el sustrato cultural visigodo, compartían religión, cultura, muchas de las costumbres e incluso una liturgia muy concreta y claramente diferenciada de las del resto del entorno europeo.

    De la misma forma que en el periodo visigodo se fueron asimilando, sobre un substrato básicamente romano, la cultura visigoda y las distintas nuevas influencias que iban apareciendo como la norteafricana o la bizantina, en esta fase se incorporan, desde lo aprendido en Al-Andalus, algunos nuevos elementos como sus técnicas de cobertura, el

    alfiz o los modillones. Todo ello dentro de ese mismo espíritu ecléctico cuyo único elemento realmente distintivo vuelve a ser el arco de herradura, aunque ahora con una mayor libertad de formas.

    Es interesante observar que mientras no ha habido ninguna dificultad en reconocer los monumentos de tipo asturiano, incluso si no se encuentran en Asturias, en los de las otras fases sigue habiendo muchas controversias para asignar algunos al periodo visigodo o al mozárabe ya que por sus características el edificio puede pertenecer a cualquiera de los dos periodos. En varios casos el elemento que nos parece más seguro para determinarlo es su situación respecto de la línea de frontera a mediados del siglo XI, ya que es muy improbable que pudieran haber construido nuevas iglesias cristianas en territorio árabe.

    No obstante, aunque la llegada en el siglo XI de la reforma gregoriana, que impuso en toda la España cristiana la regla y el concepto arquitectónico y artístico benedictinos, así como la liturgia oficial y, por lo tanto, una estructura de los lugares de culto diferente y ajustada a nuevas normas, la herencia española, tanto del arte asturiano como del mozárabe, fue trascendental en el desarrollo de un nuevo arte europeo: el Románico.

 

 

  • Un caso especial: el arte AltoAragonés. Un caso muy distinto es el formado por un importante número de iglesias construidas en el Alto Aragón entre los siglos VIII y XI, la mayor parte de ellas con la misma estructura, formada por un ábside semicircular y una nave rectangular de anchura semejante. Aunque habitualmente se las ha considerado como integradas en el arte mozárabe, desde nuestro punto de vista forman un grupo de características muy distintas, dentro del Prerrománico Español, al que dedicamos un área específica en nuestra página.

 

 

  • Lo Protorrománico como fase previa a la reforma gregoriana. No existe una definición clara del arte protorrománico, aunque esta denominación se utiliza para encuadrar determinados edificios del Monasterio de Leire (Cripta). Primera mitad del S. XI siglo X y principios del XI, que anuncian el nuevo estilo europeo antes de su reconocimiento “oficial”, como la antecripta de San Antolín en Palencia. Desde el enfoque que proponemos se deberían incluir también otras de las construcciones anteriores a 1071 – fecha en que se abolió definitivamente el rito mal llamado “mozárabe” – en las que, aunque sin estructuras normalizadas para la nueva liturgia, muestran tendencias estéticas diferenciadas de las mozárabes, pero que por su fecha de construcción o sus características no pueden considerarse como románicas. En este grupo podríamos incluir ejemplos como San Pedro de Teverga, la parte baja de San Juan de la Peña, algunas de las iglesias prerrománicas del Alto Aragón, la cabecera y la cripta del Monasterio de Leire, San Miguel de Cuxá, Santa María de Ripoll y San Pedro de Roda entre otros.

    En estas construcciones, todavía inspiradas en el eclecticismo de la cultura visigoda, además de seguir asimilando sin normas previas las influencias que van apareciendo, se muestra una enorme creatividad en cuanto a desarrollo de técnicas, tanto constructivas como artísticas, que tendrán un reflejo casi inmediato en el arte románico.

    Por ejemplo, desde el punto de vista arquitectónico se optimiza el uso de bóvedas, se vuelve a utilizar en la mayoría de los casos el arco de medio punto y en algunos los arcos fajones, y se vuelve a construir edificios de gran tamaño,Dintel de Sant Genis-les-Fonts. Año 1019  como los tres monasterios catalanes mencionados. En este punto es importante destacar que el único edificio español conocido anterior al S. XII mayor que la basílica de Cabeza de Griego (48X26m), construida en el siglo VI, es Santa María de Ripoll (60X28), fechada en 1032, siendo algo menores los otros dos. Otro hecho a destacar es que analizando las plantas de esos tres monasterios se observa que aún no se ha encontrado una forma definitiva de las cabeceras que son diferentes y muy complejas, aunque en San Pedro de Roda aparece ya un antecedente claro del ábside central con deambulatorio que será típico en las grandes construcciones románicas.

    Aún más importante en esta fase es la evolución de la escultura mozárabe en el pirineo catalán, que generará la primera escultura románica y cuyas características se extenderán, desde el dintel de Sant-Génis-les-Fonts, fechado en el año 1019, primero a los países catalanes y después rápidamente por toda Europa”.

 

 

  • El Románico como vuelta al modelo europeo. El siglo X había sido un periodo de mucha actividad en España mientras fue una época muy oscura en Europa. Pero a partir del año 1000 en Europa empieza un gran renacimiento en todos los órdenes, básicamente en dos áreas que se reflejarían inmediatamente en las estructuras artísticas y religiosas españolas. Por un lado el arte románico, generado como fusión de las diferentes tendencias desarrolladas en los países del occidente europeo, rtico de la Gloria. Santiago de Compostela. S. XII y por otro la reforma cluniacense, que de alguna forma unificó lo mejor de todas ellas diseñando un modelo óptimo para los conocimientos y la mentalidad de la época, estableciendo normas comunes y, con el apoyo del papado, imponiendo este diseño común en toda la Europa occidental.

    En estos países, después de seis siglos de movimientos artísticos independientes desde que se desvaneciera el modelo imperial romano, con muy distintos resultados en cada uno de ellos – se podría asegurar que el único realmente creativo fue el desarrollado en España -, vuelve a haber un modelo cultural común europeo que aprovecha lo heredado de Roma y casi todo lo bueno creado en esos seis siglos de Alta Edad Media.

    Evidentemente esta nueva situación generó una corriente positiva en toda Europa. El románico significó un primer renacimiento, un impulso común sobre una base cultural lo suficientemente sólida después de años de aislamiento y de incultura desde la caída del Imperio Romano e impulsó un desarrollo cultural y social muy importante en los últimos siglos medievales. Pero, con la vuelta a la normalización según modelos externos, no sólo en el arte sino también en la religión y la liturgia, significó el final de lo que hemos llamado Arte Prerrománico Español y, por lo tanto, del que fue posiblemente el periodo de creatividad artística más libre y más fecundo en toda la historia de España.

 

CONSIDERACIONES PREVIAS

 

Antes de pasar a analizar de forma detallada los monumentos que nos han llegado de esta época y. por lo tanto, a asignar a cada uno de ellos su posible fecha, fase y estilo, y en vista de las grandes controversias que han existido siempre sobre la historia y el arte prerrománico español, consideramos como una obligación previa explicar cuáles han sido las premisas básicas utilizadas y los parámetros que se estiman como más significativos en nuestro estudio. Como siempre sin ningún ánimo de polémica e intentando simplemente aportar nuestras ideas sobre este tema.

I-  Premisas básicas

 

A la hora de analizar cualquier monumento, creemos que las consideraciones más importantesSan Juan de Baños de Cerrato. Palenciaa tener en cuenta para su posible asignación de fecha y estilo, por orden de mayor a menor trascendencia, son las siguientes:

  1. Las características estructurales del monumento: diseño de la planta, posible estructura de sus cubiertas originales, tipo de arcos utilizados y sus sistemas de soporte como columnas, basas, impostas y capiteles. Cualquier otra consideración sobre su estructura que pueda ser significativa en ese monumento.
  2. Análisis del monumento según los diversos autores que se adjuntan en la bibliografía general de cada periodo y en la específica de ese monumento.
  3. Análisis de las circunstancias geográficas e históricas generalmente aceptadas que puedan afectar a la datación del mismo.
  4. La sensación del ambiente del monumento, tanto exterior en cuanto a su situación, enclave, paisaje y entorno arquitectónico de la misma época cuando es posible, como interior: proporciones interiores, distribución de espacios para el culto, imagen general incluyendo la situación y las características de la decoración, etc. Para ello es imprescindible la visita al monumento; esta sensación, aunque no siempre se produce, a veces es muy significativa, como la impresión de estar en una iglesia asturiana que sentimos al entrar en
  1. La decoración existente, dando menor importancia a la que no pertenece a la estructura del edificio, porque puede provenir de otro monumento o ser un añadido posterior. En cuanto a la existente sobre elementos estructurales puede no ser trascendental, porque en algunos casos procede de construcciones anteriores y en otros, como en el exterior de San Fructuoso de Montelios ó de Santa María de Quintanilla de las Viñas se sabe que parte de la decoración se talló sobre los muros ya terminados y, por lo tanto, podría ser posterior.
  2. El análisis de los hallazgos arqueológicos en el edificio y/o sus alrededores.
  3. La concordancia, cuando es posible, entre el área geográfica a la que pertenece y la de otros monumentos que se consideran del mismo estilo.

 

II- Condicionantes históricos

 

Santa María del Naranco. Oviedo

Dado que hasta ahora ha sido prácticamente imposible definir de una forma clara las características de cada una de las fases existentes en esta época, en muchos de los monumentos analizados hay grandes discrepancias sobre su origen hasta el punto de que actualmente algunos de los expertos en arte altomedieval como Pedro de Palol, Luís Caballero Zoreda o la investigadora norteamericana Sally Garen, proponen una reconsideración de todos los estudios existentes para reestructurar los conocimientos sobre el arte prerrománico español. Incluso se está sugiriendo que todos los monumentos abovedados entre los considerados visigodos del siglo VII podrían ser de la época mozárabe.

Desde nuestro punto de vista, aunque en algunos casos es muy difícil determinar con seguridad por sus características arquitectónicas el estilo y la datación de un monumento, mientras no exista una conclusión definitiva y convincente sobre el nuevo enfoque optamos por atenernos a las teorías tradicionales, cuyos resultados suelen estar avalados no sólo por expertos en arte altomedieval del más alto prestigio sino también por acontecimientos históricos suficientemente documentados. Existen algunos condicionantes históricos que nos parece fundamental tener en cuenta en un estudio del arte altomedieval español:

* La prohibición coránica de convivencia con cualquier religión excepto las tres bíblicas y aún en el caso de éstas, aunque estaban permitidas, existía una prohibición tajante de construir e incluso de restaurar iglesias. De hecho conocemos muchos casos de iglesias cristianas destruidas o convertidas en mezquitas y sólo un caso de iglesia cristiana construida en la zona árabe: la de Bobastro, en un reino independiente que, después de una rebelión contra el califato de Córdoba, consiguió mantener en la serranía de Ronda Omar ben Hafsum, un mozárabe se cree que descendiente de un conde visigodo, entre los años 869 y 917. Evidentemente en cuanto la zona volvió a poder de los árabes, la iglesia fue destruida.

* La otra prohibición coránica de utilizar cualquier tipo de decoración religiosa que incluyera la fSanta María de Lebeña. Cillorigo (Cantabria)igura humana ha podido impedir que haya llegado hasta nosotros una parte importante de decoración visigoda, sobre todo de la que existiría en las grandes ciudades, donde sólo se han conservado elementos de decoración vegetal o geométrica reutilizados en edificios árabes, como los capiteles de la mezquita de Córdoba o las pilastras de Mérida y Toledo. Sin embargo, tenemos ejemplos de decoración visigoda con figuras humanas, encontrados en iglesias que no debieron ser descubiertas por los árabes como San Pedro de la Nave y de Santa María de Quintanilla de las Viñas.

* Nuestro total desconocimiento de los niveles que alcanzó el arte visigodo en las grandes ciudades y fundamentalmente del “arte áulico” toledano nos impide valorar adecuadamente su posible influencia sobre los estilos inmediatamente posteriores más importantes:

    1. El arte asturiano, en el que la influencia debió ser muy superior a la considerada hasta ahora, ya que es indiscutible la intención de la monarquía asturiana, desde sus principios, de refundar el reino visigodo en toda la península e imitarlo prácticamente en todo. Alfonso el Casto, según textos de la época, “estableció en Oviedo toda la organización de los godos, tanto en la iglesia como en el palacio“.
    1. El arte mozárabe, que representa la continuidad del espíritu visigodo entre los cristianos que convivieron con los árabes y su resistencia a asimilarse a la cultura y la religión de los nuevos invasores. Tanto la arquitectura, como la escultura y, sobre todo la pintura y la miniatura mozárabes son una continuación directa del arte visigodo, aunque enriquecido con las técnicas y las influencias estéticas islámicas.
    1. El arte cordobés: está profusamente estudiada y aceptada por todos la gran influencia que la cultura islámica San Miguel de Tarrasa. Barcelonaha ejercido en España a partir del siglo VIII y hasta nuestros días, pero se ha analizado muy poco la que pudo tener el arte visigodo que encontraron los árabes en ciudades como Toledo, Córdoba o Mérida sobre sus edificaciones posteriores. Por ejemplo, no conocemos la iglesia visigoda de San Vicente de Córdoba, pero sabemos que fue compartida por cristianos y musulmanes hasta que en el año 785 fue destruida para construir la primera fase de la gran mezquita. También sabemos que en ésta se reutilizaron muchos elementos de San Vicente y que en su estructura encontramos soluciones arquitectónicas ya existentes en España, como el arco de herradura y la utilización de arcadas superpuestas de una manera semejante a la de, por ejemplo, el acueducto romano de Mérida. ¿Qué arquitectura encontraron realmente los árabes en España? ¿Hasta qué punto en sus edificaciones, además de las técnicas importadas de oriente, estaban utilizando soluciones encontradas en su nueva tierra?
    1. El arte carolingio: aunque en principio las construcciones de la época de Carlomagno imitan a la arquitectura romana y, sobre todo, a Rávena, fue trascendental la influencia del arte visigodo en sus manifestaciones posteriores, como la iglesia de Germiny-des-Prés, la última miniatura carolingia y las construcciones de esa época en la Marca Hispánica como Cuxá, las tres iglesias de Tarrasa o San Pedro de Roda entre otras. De entre los mozárabes que alcanzaron una posición importante en su corte podemos destacar a Witiza, reconvertido en Benoit d’Aniane, Agobard de Lyon y sobre todo Teodulfo, llamado Píndaro en Aquisgrán, que llegó a ser obispo de Orleáns y fue el artífice de Germiny-des-Prés, origen de un nuevo estilo en la arquitectura Carolingia.

* La fecha de la reconquista de la zona en la que se encuentra el monuLínea de reconquista a mediados del S. XImento. Debido a la prohibición reseñada, consideramos muy poco probable que existan iglesias mozárabes por debajo de la línea de conquista existente a mediados del siglo XI que, de una manera general, iba desde Coimbra a Osma, pasando al norte de Salamanca, Segovia y Guadalajara, en la zona occidental y central, y desde Calahorra hasta el sur de Barcelona, pasando por Lérida, en la zona oriental. Tampoco parece probable que se edificaran en la segunda mitad del XI en las zonas reconquistadas, pues en esas fechas se estaba ya construyendo iglesias de estilo claramente románico como San Frutos del Duratón, datada en el año 1076.

LA IMPORTANCIA DEL SIGLO VII

Aunque el estudio de la información de los diferentes autores sobre el arte de esta época induce a pensar en una clara separación entre los distintos estilos y periodos del arte prerrománico español, nuestra sensación es que nos encontramos ante un desarrollo creativo muy homogéneo a lo largo de estos seis siglos, cuya fase fundamental es el último siglo y medio de la época que llamamos visigoda que, a pesar de ser truncada por la invasión árabe, siguió influyendo de manera constante en todo el arte peninsular posterior y que, aunque estuvo muy condicionado por las circunstancias históricas en cada zona y época, mantuvo en su espíritu ecléctico y en gran parte de sus formas la línea que ya estaba claramente marcada en el año 711.

Decoración escuplpida en la cabecera de Quintanilla de las Viñas. Visigodo del S. VII

Entendemos que en esta época se alcanzaron unos niveles,  tanto de monumentalidad como de calidad, de los que no nos han llegado más que pequeñas muestras, pero que se conservaban en la tradición o en la retina en algunos casos, de los constructores posteriores y que influyeron, aunque no de forma exclusiva, en sus creaciones. Creemos que se deberían tener más en cuenta algunas cuestiones que han pasado hasta ahora casi desapercibidas como pueden ser entre otras muchas:

Monumentalidad: mientras que de los demás periodos se ha conservado una parte importante de sus monumentos, las circunstancias históricas han hecho desaparecer los edificios más significativos de la época visigoda, como Santa Leocadia en Toledo y Santa Eulalia en Mérida, que Prudencio comparaba con las basílicas romanas de las cuales, según su opinión, no desmerecían. Es importante destacar que la mayor basílica de época visigoda que se conoce, la de Cabeza de Griego, situada en un obispado de poca importancia, medía 48X26 metros. Las mayores que conocemos de los siglos siguientes son la catedral consagrada en el año 899 por Alfonso III el Magno en Santiago de Compostela que medía sólo 32,25X16 metros y San Julián de los Prados que mide 39X29 metros. Por lo tanto es razonable pensar que, en el siglo VII, existirían en Miniatura de un Beato mozárabe S. IX-Xlas grandes ciudades edificios de mucho mayor tamaño que los construidos en la España cristiana en los tres siglos posteriores.

Estilos de construcción: excepto en parte del periodo asturiano y en las iglesias del Alto Aragón, no se ha podido determinar un tipo definido de planta, estructura ni de aparejo utilizado en ninguna de las fases de este periodo. Encontramos en todas ellas tanto construcciones de dos naves superpuestas, como plantas basilicales de una o tres naves, con o sin crucero, de uno o tres ábsides, y otras formas no encuadrables. Sucede lo mismo con el aparejo, que en unos casos es de sillería y en otros sillería con mampuesto, sillarejo, etc.

 

Tradición iconográfica: otro tema muy significativo, que obliga a pensar en la trascendencia del arte visigodo en los estilos posteriores, es la importancia que adquirió la miniatura y la pintura que llamamos mozárabe. Es evidente que su iconografía no pudo ser de origen árabe, ya que estaba prohibida la reproducción de la imagen humana en temas religiosos. Sin embargo en algunas iglesias visigodas y asturianas encontramos decoración esculpida que es su antecedente claro. Cada día es más evidente que lo que llamamos arte mozárabe debería considerarse como “Arte de Repoblación” o incluso “Arte Neovisigodo”, con influencias árabes pero, como iremos viendo, continuador directo del arte visigodo.

CONSIDERACIÓN FINAL

 

Si reflexionamos sobre nuestro recorrido por la historia y la cultura en España desde el siglo V hasta el X, cada vez nos San Cebrián de Mazoteresulta más evidente la continuidad de un esfuerzo de desarrollo e integración de las distintas corrientes culturales existentes en la península al llegar los visigodos, con las que este pueblo aportaba y las que van apareciendo posteriormente desde el exterior. Este desarrollo cultural específico, en el que destaca como característica fundamental su eclecticismo, debido a la libertad de que disponían los artistas para diseñar su obra, excepto en un corto periodo del siglo IX en Asturias, forma parte del objetivo primordial: la creación y después reconstrucción de un estado independiente de características diferenciadas del resto de Europa. En ese entorno de tiempo podemos estudiar, dentro del llamado “Arte Visigodo” un periodo de asentamiento y desarrollo, hasta la unificación religiosa a mediados del siglo VI y un periodo de madurez, desde entonces hasta la conquista árabe, del que nos quedan muestras posiblemente muy poco significativas. Después existe un periodo de casi cien años en blanco, de recreación del reino visigodo en Asturias y de conservación de esa idea de país y cultura diferenciados por parte de algunos de los cristianos que se mantuvieron en territorio árabe, y un último periodo, de recuperación. En él existen dos tendencias, que prácticamente partían de la misma base y tenían los mismos objetivos aunque con diferencias en algunos elementos culturales y técnicos, definidas como “Arte Asturiano”, que duró aproximadamente otros cien años, y “Arte Mozárabe”, que coincidió con él en sus últimos años y se prolongó hasta el siglo XI. Desde nuestro punto de vista, la fusión de estas dos formas de desarrollo del arte visigodo del siglo VII, junto con la escultura mozárabe de Pirineos, generarían la aportación más importante del arte español al románico europeo.

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