Índice de fichas de monumentos visigodos

De la época romana de Indanha-a-Velha se ha documentado el foro, termas, domus, templo y muralla. Un grupo episcopal altera este paisaje en época tardoantigua, a partir del siglo V, erigiendo una iglesia-catedral, baptisterio y residencias, entre otras edificaciones, que ha su vez se han visto modificadas en el siglo VIII.

De una sola nave, con un ábside de planta en forma de herradura y situado algo más alto que la nave, en el que aparecieron trece fosas sepulcrales. Orientada en dirección norte-sur, tenía la entrada en un nártex en la cara norte. Modificado en el S. VI, se añadió un baptisterio y se sustituyó la cubierta plana por un sistema a base de bóvedas de cañón y posiblemente una cúpula en la parte central de la nave.

Sobre una basílica visigoda dedicada a San Vicente Mártir, algunas estructuras tardorromanas y bizantinas y el entramado viario romano de la capital de la Hispania Ulterior, y posteriormente Colonia Patricia, se comienza a construir en torno a 785/786 la Mezquita fundacional de Abd al-Rahman I. Suponemos que su localización obedeció a las características urbanísticas y de trazado, así como al marco del poder real en aquel momento (Iglesia, Palacio Real y otras dependencias de la sede episcopal). Las escasas excavaciones (por razón de preservación del templo), llegarán a la conclusión de la existencia de una sede episcopal anterior a la presencia del Islam en la Península.

En las investigaciones arqueológicas que se vienen realizando desde los años 90 del siglo XX en el yacimiento arqueológico del Pla de ses Figueres de la isla de Cabrera, donde había una comunidad monástica de importancia, de la que se tiene constancia desde el año 603 dC, se han documentado una serie de estructuras asociadas con la producción de vino y que también podrían haber formado parte de un taller de producción de púrpura,  una necrópolis, activa al menos a finales del siglo VI y en todo el siglo VII y varias edificaciones, relacionadas con áreas de trabajo y de almacenaje.

El monasterio benedictino de San Cugat del Vallés (o San Cucufato en castellano) fue el más importante del Condado de Barcelona. Fundado en el siglo IX, es uno de los pocos en los que coincide el lugar donde sufrió el martirio San Cucufato (la fortaleza romana de Castrum Octavianum), con el lugar donde se edificó el monasterio en su honor. La iglesia actual fue concebida siguiendo los parámetros del estilo románico, pero su construcción finalizó en el siglo XIV, por lo que es uno de los ejemplos más importantes que ilustran la transición del románico al gótico de toda Cataluña. El elemento protagonista del conjunto es el maravilloso claustro que conserva los restos de la basílica paleocristiana, construido en el siglo XI y reformado en el XII-XIII, que constituye una verdadera joya del románico catalán.

La necrópolis de Cacera de las Ranas, compuesta por cerca de 200 sepulturas, se encuentra en el término de Aranjuez, próximo al río Tajo, en las inmediaciones de la vía romana que unía Tarraconenses con Lusitania. Su cronología, entre el siglo V y VII, y ubicación, el centro de La Meseta, responde a las características de ocupación del pueblo visigodo.

La necrópolis se encuentra enclavada a 1km de Castiltierra, Segovia. Por su extensión y magnitud, que se traduce en una permanencia cronológica desde finales del siglo V hasta los últimos tiempos del reino visigodo, y por la variedad y espectacularidad de los ajuares, esta necrópolis es, junto a la de El Carpio de Tajo (Toledo), Herrera de Pisuerga (Palencia) y Duratón (Segovia), una de las más conocidas y valoradas dentro de la historia peninsular visigoda.

Duratón se presenta como una de las necrópolis más tempranas dentro del conjunto de necrópolis visigodas clásicas o de tradición germánica, perdurando hasta finales del siglo VI, estando formada por más de 600 enterramientos con importantes ajuares.

La necrópolis de El Carpio de Tajo (Toledo), está constituida por un total de 285 tumbas de las cuales 90 contenían en su interior elementos de adorno personal y en determinados casos un depósito funerario (por ejemplo monedas romanas muy rodadas). Los objetos hallados suman un total de cerca de 300 y tienen la mayoría de ellos connotaciones claramente visigodas.

La necrópolis de Herrera de Pisuerga suma un total de 52 sepulturas, conteniendo 16 de éstas adornos personales en su interior. Dichos objetos nos proporcionan una cronología de finales del siglo VI, perdurando después de la unificación durante todo el siglo VII, y su condición de necrópolis visigoda ?clásica?, de tradición germánica.

Necrópolis descubierta en 1969 durante la remodelación de la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, y excavada sólo a partir de 1999. Presenta dos tipos de sepulturas: de cista, con algunas variantes, y excavadas en la roca, también con varios modelos. Estas sepulturas, de forma trapezoidal, de bañera o antropomorfas, han dado lugar a discusiones sobre su cronología, ya que algunos autores consideran que son de los siglos VI y VII mientras que otros creen que sus constructores eran mozárabes. Y llama la atención una inhumación situada en una posición privilegiada, en el subsuelo entre la capilla antigua y la nave construida en 1969, un espacio reutilizado: sobre la sepultura antropomorfa de un adulto se cinceló otra infantil en su parte central.

Posiblemente de origen romano con una estructura de dos arcos, uno para entradas y otro para salida de la ciudad, con un área intermedia para la guardia, sus arcos son en forma de herradura, prolongados en un tercio de radio, una forma habitual en el arte visigodo. Su aparejo es a soga y tizón, también habitual en esa época, con un dovelaje semejante al del Puente de Pinos.

Dentro de una ciudad construida hacia el 580 por Leovigildo en honor de su hijo Recaredo, se puede considerar como un antecedente de las iglesias cruciformes ya que es de una nave, con una especie de transepto, un ábside y un pórtico que parece que incluía un baptisterio. También existían dos galerías laterales que comunicaban el pórtico con el crucero pero no con las naves.

A partir de mediados del siglo III, la población abandona el antiguo pomerium de Emporion, y a lo largo del siglo V se traslada al pequeño cerro de Sant Martí, ya que en la elevación fortificada econtraría el lugar más idóneo para buscar el refugio que las circunstancias del momento requerían. Este se convertiría en el centro aglutinador de parte de esta población y, muy probablemente, también de la sede episcopal situada donde hoy se alza la basílica de Sant Martí,

Santa Cecilia de Els Altimiris es un conjunto arqueológico en curso de excavación desde el año 2004 que a la luz de los datos que se han recuperado se interpreta como un establecimiento monástico de los siglos V-VIII y IX-XI. Se ubica en la sierra prepirenaica del Montsec d’Ares (Lleida), en la cima triangular de de una estribación de 900 m de altitud y en un entorno dominado por bosques y pastos. Todo ello forma parte de la Reserva Natural Parcial del Congost de Mont-rebei. El conjunto lo conforman una iglesia de nave única y ábside semicircular rodeada de una serie de estancias cerradas entorno al edificio sacro.

Edificio casi cuadrado, de doble bóveda, construido  como templo pagano dedicado a un dios del agua, y reconvertido posteriormente en iglesia cristiana de tipo basilical. Muy interesante por tener el primer arco de herradura como elemento estructural en España y por su decoración bárbara labrada en su exterior y con pinturas de tipo romano en su interior.

En un entorno aún hoy no urbanizado, justo al lado del cementerio de la localidad de Martorell, se conservan los restos de la iglesia conocida actualmente con el nombre de Santa Margarida del Priorat de Sant Genís de Rocafort, de fábrica medieval, que remonta su momento fundacional a la Antigüedad Tardía. Se trata de un edificio formado por una nave rectangular de 9 m. de anchura y con cabecera tripartita, formada por un ábside de herradura enel interior y trapezoidal en el exterior, con dos habitaciones laterales adosadas.

Se trata de una basílica de tres naves, con una compleja cabecera rectangular, construida en el S. VI sobre un mausoleo romano de la antigua metrópoli de Tricio la Grande, por lo que su cabecera está orientada a occidente. Para ello se reutilizaron fragmentos de enormes columnas corintias sobre las que se añadieron arcos visigodos de herradura en piedra de toba.

Basílica de tres naves y tres ábsides rectangulares con testero plano, en la que también existe un ábside semicircular en el costado opuesto, en el que había un enterramiento y un raro compartimento subterráneo adosado en el centro de  su costado norte. La puerta de acceso está en el costado sur, en el que existía un pequeño pórtico. De unos 20m de largo por 10 de ancho, está construido en mampostería con algunos materiales reutilizados. Existen dudas respecto a su datación, aunque una lápida informa de su consagración católica el año 601.