Turismo Prerrománico: Índice general de monumentos

Pequeña iglesia en un lugar donde ya existen otras dos iglesias altomedievales. Está formada por una nave rectangular con cubierta de madera y un ábside semicircular con bóveda de horno, sin ninguna decoración exterior. Está muy bien restaurada y su interior, todo a base de piedra vista y madera, con un pequeño coro a los pies, resulta un conjunto muy uniforme y agradable.

De planta basilical de tres naves de cuatro tramos, separados por arcos de medio punto peraltados sobre pilares cuadrados con cubierta de madera a dos aguas la central y a una las laterales. Tiene cabecera recta de tres ábsides abovedados con una cámara secreta sobre el central y un vestíbulo que posiblemente tendría dos cámaras laterales.

Iglesia formada originalmente por una nave rectangular y un ábside semicircular sin ninguna decoración exterior, cubierto por bóveda de horno y con tejado sobre ménsulas, al que posteriormente se han añadido otras construcciones, entre ellas un pórtico de acceso en el muro occidental, en el que se ha abierto una nueva puerta y una capilla lateral que soporta una torre de gran volumen.

Se supone, a modo de conjetura, que en el mismo lugar se levantara una capilla prerrománica o un templo celta. En las postrimerías del siglo XII datada por similitudes arquitectónicas con otras iglesias abaciales asturianas documentadas se erigió la actual fábrica. Fue templo parroquial hasta 1787 cuando se erigió la actual iglesia en el pueblo de Alles. Desde entonces la incuria y el expolio se adueñaron del recinto histórico degradándose paulatinamente hasta el día de hoy.

La colegiata de San Pedro de Ponts fue construida hacia la primera mitad del siglo XI dentro del recinto amurallado de del castillo de Ponts del que sólo nos quedan vestigios arqueológicos. El templo posee un estilo lombardo, con una única nave rematada al levante por una espectacular cabecera trebolada muy poco frecuente. Posee además una magnífica torre octogonal con ventanales geminados que otorgan una gran belleza al conjunto.

Ha aparecido la lápida de fundación del año 573, por lo que originalmente debió ser un ermitorio cristiano suevo. A finales del siglo IX se refundó el monasterio al que Alfonso III concedió privilegios. Consta de tres capillas excavadas en la roca, comunicadas entre sí, con arcos de herradura sobre columnas adosadas y capiteles labrados en la misma roca; conserva los altares primitivos en forma de mesas y también decorados con arcos de herradura.

El monasterio de San Pedro de Roda tiene origen en una celda monástica, sin embargo, hasta el siglo IX, no hay documentación que haga referencia al mismo. Su momento de mayor esplendor fue el siglo X convirtiéndose en el centro espiritual del condado de Ampurias. En 1022 se consagró la nueva iglesia, reconstruida en el siglo XII, siendo el elemento que mejor ha llegado a nuestros días. Posee una planta basilical con tres naves, transepto, bóveda de cañón, cabecera con tres ábsides y nártex a los pies.

La iglesia, único elemento que ha sobrevivido del monasterio, se inició en el año 1082, durante el reinado de Sancho Ramírez de Aragón. Esta construcción fue resultado de la reforma de la antigua abadía visigótica devastada a consecuencia de la expedición contra Pamplona de Almanzor (999). Se trata de una construcción de grandes dimensiones, de planta cruciforme y con un único ábside semicircular.

Dentro del conjunto episcopal de tres iglesias existente en Tarrasa, ésta es la situada más al norte y sería posiblemente la iglesia parroquial. Se trata de la situada más al norte y originalmente tenía forma basilical de tres naves, que desaparecieron posteriormente a partir del segundo tramo, aunque  en la restauración de época románica sólo se reconstruyó la central, formando como con el primer tramo de las laterales, como en Santa María, algo semejante a un crucero.

Iglesia excavada en la cara occidental de la Sierra de la Tesla, dominando el valle, con dos grandes sepulturas en el exterior. Consta de un cuerpo central rectangular y dos ábsides contrapuestos y está situada cerca de un conjunto de cuevas excavadas a una altura inferior, llamado ‘Cueva de los Portugueses’ que podría ser un eremitorio dependiente de la iglesia de San Pedro.

La iglesia parroquial de San Pedro Apóstol fue construida a finales del siglo XIII si bien ha sufrido posteriores reformas en los siglos XVI, XVIII y XIX que modificaron su aspecto. Las partes que mejor conservan la traza original son la cabecera y la torre. Sin embargo, el elemento más destacable del templo son las pinturas murales de la cabecera.

La catedral de San Pedro de Vich está documentada desde el año 889. Sin embargo, fue totalmente renovada en el siglo XI en pleno románico catalán. Desgraciadamente, esta catedral románica fue demolida en el siglo XVIII, por lo que sólo nos ha llegado de época románica el gran campanario de 46 metros de alto y exento del templo en un primer momento (algo nada típico en Cataluña) y la cripta, compuestas por tres naves y bóveda de arista, la cual fue ampliada hacia la parte occidental en el siglo XII.

El monasterio de San Pedro el Viejo fue donado a la orden de los benedictinos, los cuales quisieron renovarlo y convertirlo en un centro acorde a los cánones estéticos de la época, situando el comienzo de la construcción en el año 1117. La iglesia tiene planta basilical de tres naves rematadas en sendos ábsides de tambor. En el crucero, por delante del altar mayor, se sitúa un cimborrio de crucería tardorrománica, datado en el siglo XIII, así como la torre, adosada al primer tramo norte de la nave.

Este templo junto con Portomarín formó parte de la orden sanjuanista en Galicia. Es de nave única orientado, con ligera desviación al nordeste. Mide alrededor de 24 x 11 metros y remata al este por medio de cabecera provista de tramo recto presbiteral y ábside poligonal de tres lados. Al lado norte hay torre contemporánea del templo. También una estancia abierta a modo de atrio adosada al lado sur del mismo.

La iglesia de San Pelayo de Guareña constituye uno de los ejemplares románicos más importantes de la provincia. Esto es así porque en su interior presenta una curiosa disposición en forma de grada siguiendo el modelo de un teatro romano quedando el altar en la parte baja.

La ermita de San Pelayo en Perazancas de Ojeda fue construida según la lápida que hay en su interior, en el año 1076 en tiempos del reinado de Alfonso VI de León. Sin embargo, también hay fuentes que afirman que fue fundado en 1186, lo cual nos indica que el templo que ahora se puede visitar fue levantado en esta fecha sobre el anterior del que aún quedan algunos elementos. Su rareza reside en su estilo absidial lombardo, tan lejos de su zona de procedencia.

Esta ermita, en completo estado de abandono, está situada en un peñón, sobre la Cueva de San Pelayo, que según la tradición encontró el conde Fernán González habitada por éste y otros eremitas, se considera datada en 912 aunque con modificaciones posteriores, está construida en silería irregular y consta de una nave rectangular y un ábside de testero plano en el que hay una ventana abocinada tallada en dos sillares y cubierto por bóveda sobre pechinas. Según noticias de siglo XVIII, la ermita estaba comunicada con la cueva, aunque no se ha podido comprobar.

La basílica de Armentía fue construida en un primer momento en honor a San Andrés, avocándose posteriormente a San Prudencio, nacido en ese mismo lugar en el siglo VII. Aquí se instaló la primera Sede Episcopal desde el siglo IX hasta 1087. El templo que hoy podemos admirar fue construido ya en el siglo XII tomando como influencia otros monasterios como San Millán de la Cogolla, Leyre y San Juan de la Peña. Las prospecciones arqueológicas realizadas en la actualidad evidencian que alrededor de este templo hubo una necrópolis así como una “sacraria” o “sagrera”.

La iglesia de San Quince, en Segovia, data de principios del siglo XII. Consta de una sola nave que finaliza en un ábside semicircular. La falta de contrafuertes y el escaso espesor de los muros hacen pensar que la techumbre debía ser de madera. Reformas posteriores añadirían la torre y la capilla anexa. El documento más antiguo que la menciona se encuentra data de 1161 tratando temas económicos gestionados por el obispo Don Guillermo.

El monasterio, situado en medio de un pequeño valle en la vertiente meridional de la sierra de la Albera, se compone de dos iglesias, un claustro parcialmente conservado y algunas dependencias menores. Su primera referencia consta del año 927, aunque sus orígenes son anteriores, pero su templo principal actual, dedicado a san Quirico, un imponente edificio de estilo románico, construido en su mayor parte a mediados del siglo XI, con una planta de tres naves rematadas por un transepto y tres ábsides semicirculares.