Índice de fichas de monumentos medievales

La cripta de San Pelay corresponde al monasterio originario del siglo X; consta de una sola nave con ábside semicircular y puerta de acceso de herradura sobre tres columnas a cada lado. La construcción de la iglesia, en la parte superior,corresponde a una segunda ocupación a finales del siglo XI.

Esta pequeña iglesia, construida siguiendo patrones visigodos en mampostería y sillarejo, es una de las dos del Alto Aragón que se salvaron tras la razzia de Abd-El Malik 1006 por lo que podríamos datarla al menos como de finales del X. Tiene una única nave, cubierta por una bóveda de cañón apuntado de fecha posterior  y un ábside con planta en herradura en el que se conserva el altar original en forma de “T”. La puerta, que estaba situada en el muro sur, fue trasladada al oeste.

Descubiertos en 1999, los restos de este monasterio, del que existe suficiente documentación, nos presentan una iglesia de una sola nave trapezoidal, con ábside plano y construido en sillarejo en hiladas de soga y tizón. Aunque no es posible conocer la forma de sus arcos, parece anterior al tipo altoaragonés por su ábside plano, quizá visigodo o de una época mozárabe muy inicial.

Se trata de una pequeña iglesia, formada por una única nave rectangular de techumbre plana, sin ábside diferenciado exterior ni interiormente, pero que ofrece una bella puerta de entrada con un magnífico arco de herradura y dos ventanas también en herradura, con gran derrame, que permiten situarla como una de las construcciones más antiguas de la zona.

De origen posiblemente visigodo y fundada según la tradición por San Úrbez, eremita nacido en el año 702 en Burdeos, vivió 50 años en Nocito. Su planta original es de forma de cruz latina con tres ábsides semicirculares en su interior y rectangulares en el exterior, uno en la cabecera y los otros dos en el muro este del crucero.

Semejante y de la misma época que San Juan, es también una pequeña iglesia, formada por una única nave rectangular, toda ella cubierta con techumbre plana, hoy desaparecida, sin ábside diferenciado exterior ni interiormente, pero que también ofrece una bella puerta de entrada con un magnífico arco de herradura y dos ventanas con gran derrame.

De la iglesia original, cubierta por bóveda de cañón, conserva únicamente la cabecera plana, interior y exteriormente, y dos capillas a los lados de la nave central que la daban una cierta apariencia de iglesia cruciforme. A partir de esas dos capillas se reconstruyó el resto de la iglesia.